La Naranja Mecánica

Dentro de los grandes clásicos del cine hay varios nombres que siempre figuraran en la mente de las generaciones de todos los tiempos. Muchas de estas películas quizás no han sido vistas por nuestros ávidos ojos vírgenes predestinados a ver en la pantalla grande la próxima regurgitación de Hollywood, pero si los hemos oído nombrar.

‘Lo Que El Viento Se Llevó’, ‘Psicosis’, ‘Tiren a Mamá del Tren’, ‘El Padrino’, ‘El Padrino 2: El Retorno’, ‘El Padrino 3: Forever’, ‘El Padrino y Robin’ y muchos otros títulos que hemos heredado de nuestros padres cuando hemos jugado ‘Dígalo con mímica’ en nuestra juventud, son algunos de las películas antiguas que nuestros progenitores recuerdan y que nos han embutido en nuestras frágiles mentes.

De pequeño recuerdo que mi padre mencionaba una película en particular: ‘ La Naranja Mecánica ‘, catalogada como una obra maestra del ya difunto Stanley Kubrick. Cuando pequeño me imaginaba la idea de que una película con ese nombre solo podía referirse a una magistral metáfora sobre el mundo y como éste se vería envuelto en una sociedad basada en la ultra-violencia. Durante años busque este clásico pero Blockbuster no lo tenía a su disposición… y de tenerlo, la cinta estaba tan violada que ningún limpia-cabezal podría rescatar al video de ser devorada por mi hambriento VCR.

Resulta bastante claro donde estuvo la falla del VCR. Dentro de las posibles causas de error que pudo haber tenido es casi seguro que sea a razon de las lineas negras que se ubican sobre toda la estructura.

Después de servirle abundantes shots de vodka a mi VCR, golpearlo en el estomago y luego meterlo dos dedos por la boca, el aparato eléctrico terminó por vomitar la cinta con sus viseras negras esparcidas por la alfombra… Momentos después me encontraba en Blockbuster revoleando el video sobre mi cabeza gracias a el extenso contenido de cinta negra que había enrollada dentro del mismo. Mientras los zánganos del local me observaban con una cara únicamente comparable con la de un ñoqui yo continuaba demostrando mis conocimientos de la fuerza centrípeta con el video como hélice para un helicóptero invisible que estuviese abordando en ese momento.

Localizado el blanco y haciendo aun más alarde de mis dotes como físico, largué el video y le emboqué justo en la nuca al empleado que me cobró el arriendo para luego exclamar ‘La devolví antes de tiempo así que me quedo con crédito a favor!’ Cazando el primer video que estuviese a mano despojé al noqueado empleado de su ‘pistola láser del futuro/ lector de código de barra’. Escribí mi número de tarjeta… marque el video que tenía en la mano… tome una bolsa, guarde mi video… me di vuelta y le largué la caja de ‘ La Naranja Mecánica ‘ al otro flaco que me estaba mirando con cara de ñoqui (esta vez luciendo mis conocimientos en movimientos de proyectiles) directo en la frente para que a su vez rebotase y golpeara las campanitas esas que están en la puerta del entrada del local. Celebre mi éxito sobre Michael Block Búster (dueño de la cadena Blockbuster) viendo la cinta que yo mismo saqué: ‘Barney y sus amigos Vol. II’

Michael Block Búster en sus comienzos como un imirante ilegal en los Estados Unidos. Al igual que Michael Jackson, era negro antes de ser famoso.

Pasaron los años y la Internet trajo consigo la magia de los programas como Kazaa que por la módica suma de ‘destruir completamente el alma de tu computadora’ podías zanganearle ( de forma políticamente correcta se dice: compartir ) archivos a otros tipos que también copiaban archivos de otros solo que no eran tan vivos como para poner ‘Do Not Share My Files’ ( en español: ‘Que se pudran los negros que quieren mis archivos!’)… la viveza criolla nuevamente queda demostrada.

Gracias a tan maravilloso programa obtuve ‘ La Naranja Mecánica ‘. Dispuesto a ver esta crítica a la sociedad fui a Blockbuster a comprar Pop para microondas. Las miradas ‘pastosas’ (provenientes de pastas, como ñoquis) no se hicieron esperar ante mi llegada y uno de los empleados incluso se vio con la voz temblorosa al atenderme y yo notar una pequeña cicatriz en su frente.

De vuelta en casa empecé a ver esta obra maestra que trata sobre la historia de un flaco que quería hacer un monstruo tipo Frankenstein gracias a los mecanismos del Big Ben y una naranja hueca gigante (le había errado salado con lo pensaba de chico). Una vez acabada su labor, el chico le da vida a la naranja mecánica la cual comienza a destruir todo a su paso pero no es sino hasta la parte en que llegan los Power Rangers en que todo se torna increíble. Los efectos espectaculares de la naranja mecánica golpeando al Megazord hasta dejarlo inconciente son simplemente asombrosos para la época, tratándose de una película de quien sabe que década anterior a nosotros. Luego, cuando todo parece perdido y la naranja ya absorbió el poder satánico de las bandas de rock de los 80′ (recordemos que esta ambientado en ‘el futuro’ para cuando esta película fue hecha) llegan las Chicas Súperpoderosas a salvar el día. Estilando peinados ochentosos; Bombón con un estilo mas bien conservador tipo porteña conchetita y su cerquillito pelirrojo, Burbuja con una permanente rubia que parece que se hubiese conectado a 220V y Bellota con los pelos parados, teñidos en colores tipo arcoiris, como una punk trucha y con una peca falsa con forma de estrella.

Durante la feroz y potencial batalla final de la película mi disco duro decide tararse… y finalmente salir eyectado velozmente por el frente de mi torre con sus cables esparcidos por todo el trayecto de su agonizante fin.

…Momentos después me encontraba en Tecsys revoleando el disco duro sobre mi cabeza gracias a la extensa cantidad de cables que surgían del mismo…

 

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