¡Holis!
Hoy (el) Mansa no va a estar escribiendo. El motivo oficial es que voy a escribir yo, su lado femenino, dado que es el DÃa Internacional de las Mujeres. Extraoficialmente no puedo pronunciarme, pero puedo comentarles, asà entre nosotras, que se encuentra demorado por la justicia a raÃz de un malentendido durante un paseo de jubilados de AMEC y sus genitales en un espacio público. Pero bueno, aprovechemos este espacio que nos brinda para poder hablar a bombacha quitada de lo que realmente nos molesta a las mujeres y nuestra lucha por una equidad de géneros.
Por ejemplo, hace algunos dÃas salió una crÃtica de los mandamases de la RAE a todo el lenguaje inclusivo, ese que nos tiene tan acostumbrados nuestro ex-presidente y que una murga supo parodiar de manera tan descacharrante.
Ese que habla de compañeros y compañeras; hermanos y hermanas… y ta, me entienden. A ver, no me molesta en realidad que no hagan mención a nuestro género cuando hablan en general. Es, en definitiva una cosa del idioma. Ya estamos acostumbradas a eso, y no consideramos como misógino inmundo a los que no hablan en bigénero todo el tiempo. Capaz que jode un poco eso de los derechos del hombre (quizá mejor serÃa hablar de derechos del ser humano en general) pero ta, quizá es cambiar un poco la cabeza. Hay cosas más importantes.
Por ejemplo, los vejigas que nos gritan por la calle. Ya sé que se sienten disminuÃdos en su inferioridad masculina, especialmente cuando se mueven en grupo. Es como que si necesitaran demostrar frente a los amigotes que no se la recontra comen solo por gritarnos «Bo, morocha, venà que te lleno el culo de chele». Mirá que por más que nos grites eso nada va a cambiar frente al hecho de que tenés canciones de Katy Perry en el MP3. O sea, si la idea es sentir cierta pertenencia a un grupo, vayan a jugar un fútbol 5, que yo sé que a los hombres les encanta eso de andar sobándose con otros hombres transpirados. A nosotras mucho eso no nos va. Quizá por eso es tan embole el femifútbol (perdón chicas que juegan, lo tenÃa que decir). O sino, pueden ir a un putero y tener relaciones PAGAS (manga de fracasados asquerosos) todos juntos. ¿Por qué a los hombres les gusta tanto eso? ¿No se dan cuenta que es el equivalente de estar compartiendo una novia?
Yo a veces creo que los hombres, aparte, tienen las cosas muy confundidas. Un baile NO es un prostÃbulo. Si decimos que no la primera vez, no insistas ni pienses que nos hacemos las difÃciles. Es que sos un cango, o estás en pedo, o las dos. Andá y buscate a una trola, de esas que nos dan mal nombre al resto. Y no, no nos vestimos asà porque queremos cojer. Lo hacemos porque es la ropa que tenemos o la que está de moda. Tampoco somos las únicas que se preocupan por como vamos vestidas. He visto pibes más producidos que Susana Giménez (que, por otro lado, también quedan como el ojete).
Entonces, nuestro problema no es la inclusión en el idioma. No va por eso (no tanto al menos) sino por los malos hombres y las peores mujeres, esas que sà se dejan hacer cualquier por pibes como los de las fotos. Bueno, eso y que consideren que las mujeres no podemos porque no queremos.
Si, está bien, no hay representación femenina proporcional. Y varios me han dicho: «¿Y por qué no votás a una mujer?» PORQUE NO HAY, VEJIGA. Las pocas polÃticas mujeres que hay no alcanzan, y francamente, muchas de ellas dejan bastante que desear, o están en partidos polÃticos donde siempre se han socavado las reivindicaciones feministas. En realidad, en todos. Ningún partido polÃtico promulga medidas efectivas desde arriba, y eso basta con ver las cúpulas.
También está el hecho de que se considere que no podemos hacer ciertos trabajos. ¿Me estás jodiendo? Nos sale un botija por la cajeta cuatro veces más grande que lo que es el orificio, asà que andá a cagar. No precisamos tener escroto para manejar un taladro, o conducir un auto, o lo que sea. No somos emocionalmente inestables. Bueno, es cierto que cada tantos dÃas nos alteramos un poco, con el desbalance hormonal y todo eso. Tengo que reconocer que a veces nos vamos de mambo, pero sepan entender: tenemos un fundamento cientÃfico para actuar como unas hijas de puta. Son cuatro dÃas al mes, cornudo, tampoco es para tanto.
No es complicado alcanzar la equidad de género. Todos los hombres tienen madre y seguro que casi todos las quieren. Muestren un poco de respeto y tolerancia. Que te toquen el culo está feo. Que te echen por estar emabarazada es lo peor. Pegarle a tu esposa no te hace más macho. Ni gritarle, ni amenazarla.
Y miren que se los digo yo, que ni siquiera soy mujer. Soy el lado femenino del Mansa (aunque a veces sospecho que soy el lado mayoritario, digo, por lo maraca que es) y sólo conozco a un hombre -el antedicho- pero hasta yo me doy cuenta de algunas cosas. Bueno, eso es todo, ahora me vuelvo para adentro del escritor de LVDLM, que me tengo que ir a lavarle la ropa y cocinarle. Que hijo de puta malagradecido.
A todas ustedes, chicas, ¡Feliz dÃa de la mujer!
Atte.
(la) Manso
El escritor de LVDLM tiene cambios de personalidad muy a menudo. A veces con resultados graciosos; la mayorÃa del tiempo, patéticos. Hacete amigo en Facebook o seguilo en Twitter, que en una de esas te reÃs con algo que escribe.
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