Érase una vez dos personas que eligen pasar juntos el resto de sus vidas y que vos seas testigo de ese momento único y majestuoso…
Las etapas de la vida son fáciles de identificar por ciertas situaciones previsibles y algo repetitivas. Como una total debilidad por los caramelos y los golpes graciosos durante la infancia, la necrosis del buen gusto musical durante la adolescencia, y la necrosis real cuando finalmente te moriste y te reanimaron como un zombie.
Pero yo estaba hablando del matrimonio, y de cómo, de un momento para otro, personas cercanas se empiezan a casar. Sucede como si fuera magia. Un día vas a estar ahí, como si nada, haciendo lo que hace la gente normal que no escribe en Internet mientras se refugia en castillos de cajas de cartón y de repente, vas a tener más invitaciones a casamientos que visitas estipuladas con tu psiquiatra.
Si recién estás llegando a la etapa de “amistades que se casan pero por suerte vos todavía venís zafando” lo primero que tenés que aprender es que hay una palabra que define tu situación:
Nupcifando. (Del verbo Nupcifar: Zafar de las nupcias. Potencial nombre de remedio para piojos.)
Si en cambio, ya formas parte de los que se casaron, la denominación que estás buscando es de uso más común:
Horno. (Del elemento en el que se prepara pizza y otras porquerías. Situación en la que te encontrás si tu dedo anular derecho tiene o va a tener una sortija en breve).
Es probable que si esta es tu primera vez lidiando con esta experiencia, necesites algunas indicaciones, así que acá te resumo los momentos fundamentales de cualquier casamiento.
1.La ceremonia:
Duración: entre 25 minutos y 1 hora.
Descripción: Un cura o juez dice un montón de pelotudeces y al final decide que el novio y la novia están casados.
¿Qué tengo que hacer?: Guardar silencio y poner cara solemne. También podés largar el moco
si sos mujer, gay, o estás pagando la fiesta.
Lo que nunca va a suceder: Que alguien interrumpa la ceremonia abriendo las puertas de par en par y declare su amor por uno de los novios. Es bien sabido que se contratan patovicas de incognito listos para arrancarle las muelas a la primera persona que quiera sabotear la boda por motivos románticos.
2. Primer momento de la fiesta:
Duración: 30 minutos a 1 hora. (Parecen 3 horas si no comiste nada y el morfi no llega a tu mesa).
Descripción: Todos van llegando y se ubican en sus respectivas mesas, mientras rezan que no les toque justo con esa persona que no se bancan.
¿Qué tengo que hacer?: Sonreír civilizadamente, hacer algún chiste, probar algo de la entrada y hacer la primera ingesta de alcohol de la noche.
Lo que nunca va a suceder: Encontrarte con un decorado que NO SEA blanco combinado con colores pastel.
3. El vals:
Duración: Entre 10 minutos y un ciclo lunar, según que tan popular sea la novia.
Descripción: El DJ demuestra su habilidad de poner el vals en repetición hasta que bailaron todos y entonces engancha el final poderoso y todos se van a morfar.
¿Qué tengo que hacer?: Si conocés personalmente a los novios, hacés fila cual trámite público, bailás tres o cuatro compases, foto, y regresás al anonimato de la multitud que te vio tropezar, bailar para el lado equivocado y estornudar cuando sacaron la foto.
Lo que nunca va a suceder: Que en lugar del Vals, todos hagan la coreografía completa de Thriller.
4. Bailoteo:
Duración: Horas de diversión asegurada.
Descripción: Va a sonar música bailable. Todos los demás van a ir a bailarla.
¿Qué tengo que hacer?: Juntá coraje (en la forma de alcohol, el cual va a estar siempre disponible para bichos como tú), andá a bailar, no te ofendas cuando un extraño te pregunte si estás siguiendo la música o simplemente sufrís de convulsiones.
Lo que nunca va a suceder: Que haya una banda en vivo, el cantante sea Adam Samdler y cante “White wedding” de Billy Idol.
5. Postres:
Duración: Breves segundos plagados de pánico y sangre.
Descripción: Momento de atragantarse con helado, torta y otras cosas deliciosas que van a suplantar toda la comida que vomitaste en el arreglo floral de la mesa de los novios.
¿Qué tengo que hacer?: Pinchar gente con una copa rota hasta que despejen el camino, agarrar torta con tu mano y correr como un maniático hasta la salida más cercana.
Lo que nunca va a suceder: Ver a cualquier otra persona excepto vos generar ese mismo episodio.
6.El Ramo:
Duración: 3 Minutos de anticipación. Dos segundos de vuelo. Media hora de batalla campal.
Descripción: La novia tira su ramo de flores a las invitadas solteras, la que lo agarra se supone que es la próxima en casarse y única que todavía sigue en pie tras una piñata que avergonzaría a los peores barra bravas.
¿Qué tengo que hacer?: Si sos mujer, tratás de agarrar el ramo. Si sos hombre, esperás a que el ramo sea atrapado por una chica y la tacleás como si fueras jugador de Rugby en Nueva Zelanda.
Lo que nunca va a suceder: Que después de quebrarle cuatro costillas a la mejor amiga de la novia, te dejen tranquilo en vez de perseguirte por quince cuadras con palos y antorchas.
6.El final de la fiesta:
Duración: Nunca llegué a esa parte. Me cuentan que generalmente es la última hora.
Descripción: Se empieza a ir todo el mundo hasta que hay cinco personas bailando en la pista y todos los mozos miran con cara de ojete. (De nuevo, esto me lo contaron).
¿Qué tengo que hacer?: ¿Irte? ¿Chuponear con una pared? ¿Despertarte en la comisaría y que tu abogado te diga que lo mejor sería que te quedes encerrado?
Lo que nunca va a suceder: Que me vuelvan a invitar a un casamiento.
El TaTa escribe los Lunes de Ktarsis mientras tararea la marcha nupcial como un poseso. Podés seguirlo vía Twitter o en Facebook, a tu propio riesgo.
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