Érase una vez cocinar carne al fuego durante los últimos 300mil años de historia…
En algún momento de la historia, algún individuo de inteligencia notable descubrió que podÃa hacer fuego y desde entonces la raza humana se ha dedicado sistemáticamente a quemar cosas, principalmente comida, personas y nervios ópticos.
Pero si hay algo que como especie disfrutamos poniendo a merced de las llamas es una buena tira de carne, especialmente por estas latitudes. El tema es que aparentemente los que hacen asados siempre son unos pocos desdichados que se clavan con la tarea y los demás pueden pasarse la vida entera sin hacerse cargo de una parrilla. Es un arte sutil, que exige saber hacerse el boludo sin hacer calentar a la persona que te va a proporcionar alimentos parrilleados.
Sin embargo, llega un momento en la vida de toda persona en la que hay que afrontar la tarea de hacer el asado o pasar hambre. Recientemente estuve en esa posición, y opté por tomarlo como un ejercicio de observación empÃrica, a efectos de luego poder detallar los pormenores de la tarea de hacer un asado.
1. Compras:
Duración: Entre una y dos horas.
Descripción: Nada nuevo. Pasear por el supermercado para abastecerse de los suministros necesarios.
¿Qué tengo que hacer?: Comprar cuantas boludeces quieras, pero aseguráte de salir del supermercado con leña y carne.
Cantidad de transpiración: MÃnima y aceptable.
Conclusiones posteriores: Ir al supermercado sin el amigo que tiene auto es una lamentable falta de planificación.
2. Hacer fuego:
Duración: Entre 20 minutos y tres horas, dependiendo de si compraron leña buena o una desgracia de madera húmeda que te odia y se rÃe de vos cada vez que tratás de avivar las llamas.
Descripción: Se enciende el fuego sin incendiar la casa, la mascota o tu ropa.
¿Qué tengo que hacer?: Cagarte de calor durante horas mientras se genera la brasa suficiente para poner la carne en la parrilla.
Cantidad de transpiración: En aumento y sin final feliz a la vista.
Conclusiones posteriores: Respirar humo no es tan divertido como parece.
3. La carne y otras porquerÃas:
Duración: treinta minutos.
Descripción: Se pone toda la comida en la parrilla, excepto las ensaladas que son picoteadas furtivamente en la mesa.
¿Qué tengo que hacer?: Aparentar concentración mientras vas girando la comida, cuando lo que en realidad querés es mandar a todos a la mierda y dejar de calcinarte frente al fuego.
Cantidad de transpiración: SudarÃas menos en un sauna… situado en el Sahara, justo encima de un volcán activo.
Conclusiones posteriores:Â El fuego quema. Adicionalmente, el exceso de calor puede provocar alucinaciones.
4. El aplauso:
Duración: Breves segundos de aprecio que rápidamente pasan al olvido.
Descripción: Momento de valoración por tus penurias piromanÃacas. Luego todos se disponen a comer.
¿Qué tengo que hacer?: Comer. Tarado.
Cantidad de transpiración: En descenso, pero va a subir nuevamente para cuando empiece el ataque al hÃgado.
Conclusiones posteriores:Â Los vegetarianos la pasan mejor.
5. La sobremesa:
Duración: Entre una y tres horas.
Descripción: Momento de charla y distensión mientras lentamente se empieza ordenar todo.
¿Qué tengo que hacer?: Mirar gozado (y libre de culpa) como los demás limpian.
Cantidad de transpiración: MÃnima y aceptable.
Conclusiones posteriores: Hacer el asado es una tarea muy digna y enriquecedora,  aunque luego huelas como una chimenea que se olvidó de usar desodorante.
El TaTa escribe los Lunes de Ktarsis y ahora es vegetariano. Podés seguirlo vÃa Twitter o en Facebook, a tu propio riesgo.Â
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