Estimado pichicho,
Primero que nada, sacarme algo que tengo para decirte y asà después podemos pasar a cosas más importantes:
Andate a la reputÃsima perra que te parió.
A decir verdad, yo sé que no sos vos. A ver, todos tenemos necesidades fisiológicas. Los seres humanos evolucionamos y cagamos en güater (o al menos lo más cerca posible de ellos aunque sin tocarlos, a juzgar por mis experiencias en varios baños públicos) asà que no andamos cortando churros en puertas de casas ajenas. Yo sé también que estás entrenado de forma conductiva para no garcar en casa de tu dueño. Seguro que si lo hacés te revientan el ojete a patadas. Yo lo sé porque asà espero educar a mis hijos.
Pero hay algo que no me cierra. ¿Por qué en mi casa? ¿Por qué en la puerta? ¿Por qué a una distancia que lo deja oculto de la vista cuando salgo e inevitablemente lo piso o le paso rozando al maraño? ¿Por qué jiede tan mal? Ta, eso hasta vos que no sabés usar la lógica lo podés responder: es mierda. Pero la tuya apesta particularmente feo. ¿Qué te da de comer tu dueño?
Y acá llegamos al quid de la cuestión. Si mis cálculos son correctos, esto no lo vas a leer vos, te lo va a leer tu dueño en voz alta, y seguro que al muy hijo de puta le va a importar un carajo. A diferencia del resto de la gente que lee LVDLM que siempre tiene que tener cerca una inyección de adrenalina en caso de que los espasmos ocasionados por la explosiva risa detengan sus corazones.
El caso es que no es tu culpa, es de tu dueño. Dueña, quizá. En realidad hasta parece a propósito que lo hiciera, que te apremiara para que mandes un mail con adjunto pesado justo en la puerta de casa. A lo mejor es uno de los tantos vecinos que me odian, o son todos a la vez que hacen fila para que sus canes depositen sus heces en el mismo lugar. Algo asà como un cementerio de soretes, en donde nadie sabe cuando comenzó la tradición pero todos siguen porque asà se hizo siempre, en cuyo caso solo puedo asumir que me agarraron de gil mal.
A ver, me explico. No es que me moleste en sà tu acto defecatorio, sino las consecuencias del mismo. Primero, yo trabajo, tengo vida social.
Y si en una de esas piso tu soufflé de caca, voy a estar todo el dÃa acarreando de acá para allá el producto de tu movida de vientre con consecuencias negativas para toda la gente que me rodea. Y no, no sirve pasar el pie por el pasto, o pasarme un palito, porque a los cornudos que inventan las suelas de los championes y zapatos les encanta mandarse diseños exóticos y acanalados, como si estuvieran haciendo una obra de arte. La concha de sus viejas, esa parte va siempre contra el suelo, ¿pa qué mierda tanta vueltita?
No habrÃa tanto problema si la consistencia del naco fuese un poco más rÃgida, pero se ve que el culorroto de tu dueño te da de comer gelatina de coliflor. A ver, dueño, que se que me estás leyendo, ¿no se te ocurrió hacerle caso a la guacha del reclame y darle al perro puto eso que tenés un poco de dogchau? (O pedigrÃ, o primocau; me importan medio carajo las marcas de alimento para perro, yo al mÃo lo alimento con «Alimento genérico para perros GHTX17 -contiene 6% de algo natural y 94% de limadura de callo-«)
Asà que te lo advierto, perro del orto, voy a estar esperando, y cuando vea donde vivÃs, voy a ir yo mismo a la puerta de tu casa a pegarme flor de bostazo. Estás advertido.
Andá a cagar (a otro lado por favor)
Atte.
(el) Mansa
El editor de LVDLM se enfurece ocasionalmente con distintas especias pero después se le pasa. Hacete amigo en Facebook o seguà a La Verdá De La Milanga en Twitter.
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