Cómo escribir un libro de Autoayuda y volverse rico en el intento

Hay maneras y maneras de hacer dinero. Vaciar un banco y dejar los ahorros de miles de personas en las Islas caimán; hacerle una demanda al estado; tener un monopolio de barcos que cruzan el Río de la Plata.

También se puede estudiar alguna carrera, pero… Pfff, cuestan trabajo.

Sin embargo hay algo que no falla, y eso es escribir un libro. Un libro de auto-ayuda para ser precisos.

¿Por qué un libro de auto-ayuda?
Sencillo. En el mundo existen millones de personas lo suficientemente estúpidas para creer que la felicidad está en unos párrafos, esta es la gente que no conoce las drogas. Además, cualquiera puede escribir uno de estos libros.

¿Cualquiera puede? ¿No se tiene que ser exitoso para poder demostrar a los demás tu éxito a través de una serie de reglas? 

Si, cualquiera puede. Lo puede hacer tu vecina del piso de arriba, esa que vive con cuatro gatos y ocasionalmente la va a visitar la emergencia móvil; lo puede escribir tu vecino de abajo, ese que vive con la madre aunque tiene cincuenta y solo usa remeras que dicen “Yo amo Punta Colorada” o “Yo paso mis veranos en Balneario argentino”. Inclusive TÚ puedes hacerlo. Y no, no se precisa haber tenido éxito en ningún área de tu vida. Pero ya hablaremos de eso después.

 

¡Genial! Ya siento que mi vida tiene sentido, ¿Cómo debo hacer para escribir un libro de auto-ayuda? 

Hay tres reglas fundamentales a la hora de escribir tu libro de auto-ayuda. Veámoslas.

Primera regla fundamental: Nunca digas el secreto de la felicidad. 

Podrá sonar raro, dado que la premisa básica es demostrar que la felicidad es posible. Bueno, seamos realistas… la felicidad es imposible. Sin embargo, con mucho dinero se puede sobrellevar la infelicidad. Recuerda: el dinero compra amigos y seduce a los miembros del sexo opuesto. O del propio sexo; el dinero no es homo fóbico.

Es importante nunca revelar el secreto de la felicidad o los pasos que se deben de seguir para llevar una vida más alegre. Esto nos permitirá escribir más libros con la promesa del secreto, y así podremos conseguir mayores beneficios.

A lo sumo repetiremos frases clichés con algún tipo de vuelta para que nadie se de cuenta que el consejo que estamos dando es el más obvio de la tierra. “Tener muchos amigos trae felicidad”. Si, claro, y gasté 400 mangos en un libro para leer eso.
Mucho mejor es poner “La vida me ha brindado sabiduría, y tras años de búsqueda espiritual y meditación, he llegado a la conclusión de que poseer personas afines a nuestros gustos y que no se enojan cuando les decimos que su pareja es un carlanco, es quizá la aproximación más certera al verdadero estado de plusvalía psicosocial y afectivo”. Como verás, usar palabras complicadas ayuda, ya que confunden al lector y lo distraen de la realidad: que la frase está totalmente gastada y es absolutamente obvia.

 

En ninguna de las cientos y cientos de páginas en sus libros, Mark o Lovecraft cometen el error de revelar cuál es el secreto. Aprendan de ellos y tendrán éxito.

Cuando digo “ejemplos”, quiero decir “anécdotas cargadas de sentimentalismo barato digno de telenovela venezolana” y cuando digo “de la vida real”, quiero decir “invenciones del autor sobre personas que el lector nunca en su vida podrá comprobar si existen o no”.Segunda regla fundamental: Usar ejemplos de la vida real 

Esto es una buena manera de rellenar, aparte de darnos una pseudo-validez y de hacer parecer que la basura que escribimos sirve para algo. Estos “ejemplos” siguen siempre el mismo modelo:
– Persona absolutamente en la hoja a punto de suicidarse
– Persona del ítem anterior sigue nuestros consejos para la felicidad
– Persona acabada vence sus miedos, sus dudas y su diabetes y triunfan en el mundo en todo nivel.

Veamos un ejemplo:

Brunilda Pena vivía una vida miserable. Su esposo la había abandonado por un boliviano que conoció en algún tugurio infecto de la ciudad vieja. Su hijo se había postulado como candidato al partido colorado, y su hija de 2 meses falleció del síndrome letal de Burgenstgeiner Cuajadeliard miotrópico agudo de esternocleidomastoideo. Fue en este calamitoso estado que vino a pedirme ayuda.
Hoy en día, y gracias a su perseverancia, ha triunfado y ahora es feliz. Su esposo vive de nuevo con ella y con el boliviano, que habían adoptado una niña así que Brunilda no extraña más a su hijita. Su hijo sigue siendo parte del partido colorado, pero Brunilda se siente optimista.

Sencillo.

Incluso puedes usar el Antes y Después. Como en el conocido caso de esta figura política.

Tercera regla fundamental: Nada de lo que se diga en el libro servirá de nada si el lector no cambia su vida radicalmente.

Es muy probable que si el lector cambia su vida radicalmente, no precise nuestro libro. Pero la gente no cambia, cambiar cansa mucho; así que compran nuestro libro para que le diga como cambiar. Respecto a lo que dijimos en la regla uno, no vamos a dar ningún concepto novedoso, así que es muy probable que el lector sigua siendo un perdedor.

Aquí es que entra el concepto de la tercera regla. Al advertir al lector que todo corre por cuenta propia, nos lavamos las manos; aunque hayan comprado nuestro libro para no tener que hacer las cosas por su cuenta. Este concepto se conoce como “Teorema de la doble negación Bucaykica”.
¡Wow! ¡Casi no me duermo mientras dijiste esas idioteces! ¿Eso es todo? 

No. El autor debe de dejar bien claro que el nunca fue, es, o será un acabado. En nuestro libro siempre dejaremos bien en claro que somos felices, sabios y podemos mantener relaciones sexuales por más de 4 horas. Cualquier referencia a nuestra biografía debe ser retocada para que atraiga al lector y piense que somos alguna especie de gurú intergaláctico. Agregar títulos importantes (aunque no siempre reales) eleva aún más nuestro status. Por ejemplo:

Mi nombre es Sir Juan Carlos Pedregullo. Desde pequeño quise ayudar a las personas menos felices, ya que consideraba que mi vida era la definición de felicidad. Con el correr de los años me volví aún mas feliz y conseguí mi Bachillerato en las ciencias de la humanodepresión conjuntiva personal, con un máster en felicidad y vitalidad psicopedagógica; de la prestigiosa Universidad Cualapamita de Guatemala. Fue en esta época que descubrí mi verdadera vocación: Hacer feliz al resto del mundo.

  

 

¡Ya he escrito mi libro! ¿Ahora qué? 

Hmm… eso fue rápido. Parece que tenemos un Paulo Coehlo en potencia.

Bien, el marketing lo es todo. Llama a programas de la mañana de la televisión abierta y presentate como autor de varios Best-Seller en el rubro de la auto-ayuda. Los programas de la mañana usan cualquier cosa para llenar espacio, y como todos los que los ven están muy dormidos para darse cuenta de nada, tu libro es perfecto.
La apariencia es fundamental. Usa lentes y barba en candado, o perilla sin eres hombre; pelo corto si eres mujer. Da un aire intelectual. Pregunta si es posible que en la edición te agreguen un halo por encima de la cabeza. Un halo y mejillas sonrosadas. Eso es lindo.

Cuando hables, muestra tu libro siempre que tengas oportunidad. Cuando esté hablando el conductor, levanta el libro por sobre su hombro, cuando se acabe tu entrevista, parate al lado de la cámara y cada tanto muestra tu libro.

No me gustan las cámaras ¿qué hago? 

La internet es tu aliada. Crea una página que tenga muchas frases filosóficas y fotos de cosas lindas; como atardeceres, cachorritos y Scarlet Johansson. Crea un foro y muchas cuentas para poder postear bajo diferentes seudónimos sobre lo increíble que es tu libro y cómo te ha cambiado al vida. Haz eso en muchos foros . Y en fotologs. Las personas que tienen fotologs tienden a ser inestables y se sacan muchas fotos frente al espejo.

Crea una página en Wikipedia sobre ti y de todos tus logros académicos y sociales. Inventa y mucho, no te canses de repetir lo geniales que son tus libros y de las millones de copias que ha vendido. No importa que solo tengas un libro, o ninguno. Los usuarios de Wikipedia son liceales que se acordaron que al otro día tenían que hablar sobre la reproducción de células procariotas; no les va a importar mucho la verdad. Ya que estás, agrega en la página de células procariotas, un link a tus páginas.

Utiliza muchas fuentes, como para demostrar que lo que pones es verdad. Nadie lee las fuentes, pero por las dudas, enlaza a páginas en alemán.

 

¡Siento que voy rumbo al éxito! ¿Hay algo más que deba saber? 

Si. Pon en tu libro que parte de las ganancias están destinadas a obras benéficas. Tómate la libertad de inventar, ¡pero que suenen a obras comprometidas con causas fundamentales! Por ejemplo, la fundación Pompa Borges para la preservación del tatú mulita, o sino el centro de ayuda para niños afectados psicológicamente con el descubrimiento de que Papá Noel son los padres.

Ahora ve, hazte rico. Y recuerda de enviarme algún dinerillo. Cualquier monedita sirve.


Finalizamos con este breve esquema a prueba de tontos, para aclarar dudas.

 

Seguí gozando:


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