A comienzos de los 90′ todos los niños nos vimos atraídos por las aventuras de cuatro reptiles. Esta especie, cuyas únicas apariciones previas en el mundo del entretenimiento eran las de ser un estorbo para un fontanero italiano llamado Mario, no es otra que las tortugas.
Ya saben de quienes estoy hablando, si no es así considérense una manga de infelices por no haber tenido infancia y seguramente ser tema de conversación entre sus compañeros como el niño raro que no conocía a estos héroes y se comía la cola vinílica haciendo gemidos raros mientras se mecía acurrucado en un rincón de la clase. En caso de saber de quienes estoy hablando (ya sea porque sí tuvieron infancia y la cascola nunca figuró en sus sistemas digestivos o porque simplemente vieron toda la página y vieron la foto que hay abajo), ustedes podrán seguir este artículo sin mayor problema.
Miguelangel, Rafael, Donatelo y Leonardo. Las Tortugas Ninja , nombre completo: ‘Las Adolescentes Mutantes Broncoespásmicas Regurgitantes Protosóicas Atómicas Ninja Tortugas del Futuro de Tinner (como Mirtha Legrand)’. Repartiendo piñas y patadas a un tipo que se piensa que es una mujer islámica llamado ‘Destructor’, a un cerebro que desarrollo dos extremidades y una cara denominado ‘Krang’, y a sus respectivos zánganos de turno. Todos (excepto los casos particulares mencionados anteriormente) recordamos sus aventuras. Recordamos a la rata fisurada ‘Splinter’ que era el maestro de estos héroes. A ‘Rocoso’ y ‘Beebop’. Incluso aquellos con mejor memoria recordaran vagamente al fulano que se parecía a Jason de ‘Viernes 13′ (Casey Jones).
¿Qué tienen que ver Las Tortugas Ninja con el título de este artículo? Se preguntaran algunos. Seguramente los más vivos que no están ahora flotando en una nube de nostalgia tras evocar imágenes de las tortugas o en su defecto de cuando se daban la falopa con la cola.
Con toda la fama que adquirieron nuestros amigos conchudos (por la caparazón! No piensen mal!) era evidente que los yanquis/gringos/<inserte sinónimo de estadounidense aquí> nos bombardearían (no como a Iraq, claro. Aunque fuese un Bush el que estuviese al mando en ese momento) de mercadería, juguetitos y cosas horribles de la última moda. ¿Cómo no recordar a los muñequitos de las Tortugas Ninja? Por lo menos yo, que viví esta mágica época en Chile, me vi rodeado de chicos que tenían al menos una de las tortugas ninja en su colección.
Aquí vemos a las cuatro en todo su esplendor. A pesar de ser las nuevas versiones de los juguetitos, éstas siguen cumpliendo la misma regla que los originales que tuvimos varios de nosotros a mediados de los 90′ y servirán para demostrar mi punto. Maravilloso! Tortugas ninjas para todos! Pero… no que todas eran verdes?… de un verde fango/horrible? Si te fijas en Rafael y Miguelangel podés decir que son las más cercanas a los colores de los dibujitos… quizás… opa! Y Leonardo? Que les dio por hacerlo color ‘Diarrea de bebé’?… Funciona igual … MOMENTO!!! DONATELO!!! … DONATELO ES… ES…. NEGRO!!!!
Meses antes en las oficinas de Playmates, creadores de los juguetes de las Tortugas Ninja.
• Bueno señores, vamos a lanzar nuestra línea de productos de las Tortugas Ninja.
• Señor, tengo una sugerencia
• Expóngala Sr. Flubberspleen
• Si aprovechamos esta situación para demostrar que los niños ya son racistas desde pequeños…
• No le entiendo
• Si hacemos que una de las tortugas sea de otra raza, analizamos como esa variación afecta a las ventas y si es así entonces los chicos ya tienden tendencias racistas desde muy pequeños!
• Análisis sociológico a través de la venta de muñequitos eh? Flubberspleen has sido ascendido! Deja de trapear esos pisos, desde hoy limpiaras ventanas, chico!
• Genial!
Las repercusiones de este dialogo fueron obvias. Donatelo resultó ser negro, y eso que en la serie parecía ser de lo más normal. Capaz en la versión gringa el tipo hablaba como negro entonces era más coherente sacar el muñequito que le correspondiera a su voz. Pero en Latinoamérica como siempre ligamos algún chicano o venezolano haciendo las traducciones, la verdad que nos perdemos los acentos de negros norteamericanos.
Remontémonos a la época en que teníamos los muñequitos. Si le preguntabas a tu vecino cuando recién se había comprado su primer tortuga ninja, cuál de los 4 fue el que obtuvo, la respuesta oscilaba solo en tres nombres. Donatelo nunca era la primera opción de ningún niño. Podrían culpar a los padres, pero los chicos les decían que tortuga ninja comprar, así que el problema no está ahí. De chico me pasaba minutos enteros observando las góndolas de los muñequitos, sé que otros niños hacían lo mismo por lo que el proceso de elección de futuro-muñeco-a-garronear-a-tus-viejos empezaba ahí.
Es aquí donde se demuestra nuestro racismo innato, uno miraba todas las opciones y al final evitaba comprar al personaje negro a menos que tuviese algo en contra de otro de los personajes, como con Rafael que de por si era el lleva-contra del grupo (sin embargo fue mi primer tortuga ninja). Donatelo siempre quedaba para el último… Si ya tenías a los otros tres, para completar los cuatro había que comprarse al negro o en el peor de los casos, si vos y tu amiguito tenían entre los dos a las otras tres tortugas, el que tuviese menos debía comprarse al negro.
‘Pasa que usa cinta violeta y es de nena’… MINGA! Sos racista pibe, andá sabiendo! ‘Donatelo era el más embolante, Miguelangel era el partuzero, Rafael metía todo el weight y Leonardo era el líder!’ … MIENTES! Donatelo era el científico, el que construyo la van rara esa donde las tortugas andaban y que la manejaba Abril O’Neill (y sí, llevar un volante con solo 3 dedos es cruel, por muy hidráulico que sea). Aceptémoslo, Donatelo era el nerd que todos llevamos dentro y no podemos aceptar… así que aparte de racistas nos mentimos a nostros mismos!!! Caímos en la trampa de Playmates de la misma forma que una mosca ebria cae en la trampa de una araña.
Los ejecutivos sobrepagados probaron su teoría. SEÑORES Y SEÑORAS, SOMOS RACISTAS POR NATURALEZA. Ahora si me disculpan me voy a subir atrás de una pick-up con mi shotgun para dispararle a algún pobre habitante oscurito del Mississippi.