El diario de Paul

Pasó el Huracán Paul por nuestras tierras. No voy a ahondar aquí en lo sublime del espectáculo, ya otras personas lo han hecho y mejor que yo. Basta decir que es un Beatle y ta. La cosa es que, como siempre, el departamento periodístico de LVDLM, como en tantas otras ocasiones, no cesó en su incansable búsqueda del dato distinto, de la perspectiva diferente, de la nota singular.

El departamento periodístico de LVDLM trabajando arduamente

Es así, que con métodos que rozan la ilegalidad (le tiramos un par de empanadas de calabaza al seguridad de Paul), pudimos obtener el jornal de viaje de Macca mientras estuvo en nuestra ciudad. Por supuesto, hubo que traducir de apuro todo y escanear rápido las fotos, lo cual podría explicar la mala calidad de ellas o que parezcan photoshoppeadas, pero no lo son. Acá solo presentamos material original. Sin más preámbulos…

Viernes 13 de Abril: Mañana salgo rumbo a Uruguay. Según me dicen los muchachos de la banda, Asunción es muy linda. Wonderful!

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Bueno, parece que se equivocaron en pasarme los datos y no estaríamos yendo a Uruguay sino a PARAguay. What the fuck? Igual me comentan que Montevidiu es bastante bonita.

 

Sábado 14 de abril: Rumbo a Uruguay. Yo ya no entiendo ni a donde vamos. Estuve buscando un poco de información del país, y me entero que un tal Luis Suárez que juega para los fuckers del Liverpool y es del Ku Klux Klan, es de Uruguay. Aparte parece que fueron los primeros campeones del mundo de fútbol. ¡Qué bueno eh! Me van a decir a mí que soy más famoso que Jesus Christ. Aparentemente eso es motivo de orgullo nacional o algo así así que me voy a tener que acordar de decir algo. También me entero que son los principales consumidores de carne vacuna del mundo, así que va a estar bravo conseguir veggie food. Me comentan que existe un lugar, «la vegetariana» pero que hace veinte años que lo único que venden son milanesas de soja. Me avisan también que mi estadía va a ser sponsoreada por un tal Paul Lecuador que va a ser mi «embajador» mientras esté acá. Escuché las promos y tiene una voz muy buena, vamos a ver.

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Bueno, llegué. Lamentablemente en el aeropuerto me confiscaron los snacks de granola ya que no se puede introducir alimentos desde afuera, lo cual me pareció bastante extraño porque vi a unos tipos que se metían en los pantalones unos pancitos que sacaron de la comida del avión. Strange.

Montevidiu parece linda, así que cambié planes y mandé a mi doble Billy para que se saque las fotos y las pavadas usuales. Me estaba esperando el tal Licueder y por suerte el que lo tuvo que abrazar por 10 minutos fue Shears. Creo que el tipo está obsesionado. También había otro que no paraba de gritar «Poul Poul» todo el tiempo y me ofrecía unos «leme jung». Me sonaba conocida la cara del don y mi asistente me dijo que una vez lo habíamos intimado judicialmente porque pasaba mi música en su radio pero nunca llegó un mango de regalías, un tal Ruppen Ian. Mejor que se metan con William.

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Tuvimos que usar el transporte colectivo. How quaint! Lo que pasa que no había cabs, estaban en una movilización para aceptar el pago en lingotes de oro. No sé, muy raro. Ya en el bus, la gente me pedía que cantara una (yo siempre llevo el bajo conmigo) pero me hice el tonto en la colina.

Uno se subió a vender "Niccolos". Le pregunté si eran veggie y me dijo "Ma' bien papá!". No sé

En la radio del bus pasaban todo el tiempo la promo de mi recital. Y siempre con la voz del Lecuder ese. ¿En serio iba a ser el que hablara todo el tiempo?

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Al final llegué al hotel y me esperaron con una buena recepción. Una camiseta firmada de Uruguay y un mate. ¿Se puede fumar porro con esto? Por los parlantes la voz de Licueder todo el tiempo diciendo «Bienvenido Paul, estás en tu casa. Gracias Paul por venir. Uruguay te quiere Paul». Ya me empezó a romper las bolas.

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Aproveché para leer algo del Suárez este. Entre tanta cosa encontré algo que me llamó la atención. Una tal «Truth of the Milanese» que me pareció muy simpática. Fantastic! diría más, capaz que se la recomiendo a Ringo.

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Me fui a pedir algo vegetariano. No había nada cerca del hotel y todos me miraban con hostilidad. Me decían «¿Vege-qué? ¿Quién sos? ¿Pol Macarni?» De vuelta me hice el fool on the hill para no levantar revuelo, ya que no me reconoció nadie porque sin maquillaje lo que parezco, lamentablemente, es una lesbiana vieja.

Voy a tener que hacer algo con esas patas de gallo

Terminé en lo que denominan un «Carrito». Al parecer sólo venden carne, pero un comensal me aseguró que lo que menos tenían «…estos choris es carne, con suerte te toca una uña de chancho».

No, pickles no, que me dan gases. ¿Y eso? Dale, si, cheemee-chooree poné. Pará que me doy vuelta para pedirle cambio a mi seguridad

Al final para mí todo tenía el mismo gusto. Pero se vé que la muchacha desatendida obvió mi pedido de no pickles. Estuve en el toilet toda la noche.

¡TRAEME MAS PAPEL! ¡CON ESTE NO ALCANZA! FUCK YOU!

Domingo 15 de abril: Dormí demasiado mal. Me levantó un despertador especial con la voz del tal Lecuder. ¿Es necesario que esté en todo lo que hago? Me fui al spa a que me hicieran unos massages meintras desayunaba unos waffles con jugo de pomelo. Porque eso es lo que hacen las estrellas de rock. Para trasladarme al Estadio fui en limusina, bus never again. A la salida del hotel estaban los fans, como siempre. Aunque creo que algún confundido había porque querían que saliera con Yoko; y ahí entre la multitud lo ví al Lescuter de nuevo, me miraba fijamente. En serio me está empezando a poner nervioso.

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La prueba de sonido bien. Estaban los que pagaron las entradas VIP Premium y Lecuder por supuesto. «Ahora comienza la prueba de sonido de Paul. Gracias Paul.» Esa voz.

Tuvimos que pedir al público que no se moviera tanto, el ruido de las joyas no dejaba escuchar nada. Eso y que estaban todos como locos por unas firmas de la edad de impu… algo. Lo único extraño de la prueba de sonido era que en repetidas ocasiones, un tal Reuben intentaba hacerse pasar por mi baterista y me pedía que escuchara un disco del Kinto. No sé, estos uruguayos resultan raros.

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Volví al hotel a descansar. La producción me arrimó un cellphone de ANSEL, los que sponsorean el espectáculo. Me dijeron que a través de ese celular se iban a comunicar conmigo a la hora de empezar. Dormí una siesta. Hice yoga. Llamé a un tal «juego de la cédula» que decía que iba a cambiar mi vida. Me fui al estadio de nuevo.

A las ocho y media ya estaba listo para empezar, pero no me llamaban de ANSEL. Y de nuevo la voz de Lecueter, hablando de las salidas de emergencia y los bomberos. No me llamaban porque me enteré que ANSEL había colapsado, así que fui nomás.

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El recital bien. Medio amargos nomás los uruguayos. El momento donde más se emocionaron fue con los fuegos artificiales. Al parecer era costumbre que una vez al año fueran a la rambla a ver la «night of the lights» pero como hace unos años no la hacen más, cualquier tipo de pirotecnia que ven les hace flipar en colores. Son bastante patrioteros, porque salí un rato revoleando la porquería esa de bandera que tienen y casi explota todo. Cornudos también. Les metí la Union Jack y locos de la vida. Me vine al hotel a dormir. Alguien me arrimó un carné de algo de Liverpool.

 

¿Voy a tener que pagar por ser socio? El divorcio con la renga me está matando

Lunes 16 de abril: Mandé al Billy Shears a que saliera en bici a ver si distraía a Lecueder un rato. Aparentemente le sacaron una foto y pisó con la bicicleta treinta y siete dog shits. Me fui lo más rápido que pude para el aeropuerto rumbo a Uruguay. Esperemos que sea mejor que Paraguay, me comentan que hay un balneario que se llama Punta del Este que es precioso. ¿O era Ciudad del Este?

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Lo último que escribo. Mierda. Me frenaron en la puerta del jet porque parece que hubo problemas con lo fiscal y tengo que ir a la DGI. Espero que por ser un caballero de la corona al menos me tengan en consideración. Supongo que va a ser cosa de un ratito.

¿Qué cuántos formularios tengo que sacar? FUCK OFF! ¡Me voy de acá!

 

La verdá, un grande el Paul.

 

Atte.

(el) Mansa

 

(el) Mansa es fan de Paul desde que tenía 45 años. Paul, no el mansa. Podés seguirlo en Facebook o en Twitter.

 

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