DIOS NOS LIBRE
 
DiosNosLibre.com > Historias > La triste triste historia de un chico que quería un contador (parte IV)


LA TRISTE, TRISTE HISTORIA DE UN CHICO QUE QUERÍA UN CONTADOR

PARTE 4: The OSE Redemption _______________________________ (leer parte anterior)
(o cómo dejé de preocuparme por la inflación y empecé a creer en ángeles)


por Anatisog

 

Vivir en Uruguay tiene un efecto en la paciencia, uno tiende a resignarse frente a situaciones que vivimos día a día. Como mucho mascullamos por lo bajo o guardamos la ira hasta que se acumula y salimos a prender fuego bichicomes. Yo sé que al menos eso es lo que me pasa a mí.

Resignación era lo que sentía mientras lentamente deambulaba hacia la salida de las oficinas de la OSE. Los funcionarios de dicha dependencia habían vapuleado mi moral. Supongo que así debió de sentirse el productor de “Atentti!”, o Rúben Sosa cuando puso aquella pelota en órbita. Destrozado, me senté a cavilar sobre el futuro, sobre el significado de la vida y sobre porque los alfajores Fiesta salen tanto y son tan pequeños.

Una voz me despertó de mis sueños. Era Braulio.

- Tiene que sacar número.

- ¿Para qué? – Pregunté – De cualquier manera no tiene sentido. Braulio… ¿nunca sentiste que la situación te supera? ¿Qué hay veces que uno tiene que darse por vencido?

- Hay que sacar número para estar acá sentado.

- Ehh… ¿y si te vas un poco a la concha de tu vieja? Especie de gorila superdesarrollado, no se quien fue el inconsciente que te permitió portar un arma, pero obviamente no estaba en sus cabales.

Braulio no me respondió, y se quedó mirando al vacío. Aparentemente tantas palabras juntas le embotaban el pensamiento. Tras unos segundos, me miró y dijo “Precisa sacar número”. Le respondí con un escueto “Andá a cagar” y me fui hasta el mostrador. El pelado de mierda seguía ahí. Aparte, había una fila de unas 4 personas esperando para sacar número. Me puse en la cola de la ídem y esperé a que el pelado tuviera el tino de hacer sinapsis y empezar a dar números. La que estaba adelante mío en la fila se dio vuelta y me quedó mirando.

 

- Ta jodido conseguir un contador ¿no? – preguntó

- Si dejá, me tienen los huevos por el suelo, aparte… un momento… ¿Cómo sabes que tengo que sacar un contador?

- Tu cara de desesperación te delata. Eso y que tenés una carpeta y se ve que en la tapa dice “Documentación sobre como conseguir un contador”.

- Ah. Si, bueno. Pero no he podido.

- Bueno, no desesperes, siempre puede ocurrir un milagro.

- Lo dudo.

 

Cuando mi interlocutor estaba en el mostrador, pronto a sacar su número, empezó a sonar un golpeteo lejano. Como de alguien que golpeaba un tacho de basura. Enseguida, se sintieron silbatos, palmas y más golpes a tachos de basura. Por uno de los pasillos del fondo apareció una señora bastante entrada en años, revoleando una matraca y gritando “¡Eh loco! ¡Acá no nos pagan lo que merecemos! ¡Estamos de paro por un sueldo justo! Se suspenden todos los servicios hasta mañana”.

El pelado también se paró y salió de atrás del mostrador con una cornetita. Pude mirar sus piernas, y vi que el tipo iba a trabajar de bermudas y chancletas. Hijo de mil putas. Le pregunté cuanto ganaba el empleado de menor nominación.

- Gana 27 mil mangos – dijo el pelado - pero esto es un abuso de parte de una patronal abusiva. En el BPS hay un portero que gana 20 pesos más. Aparte, los compañero' estamo' luchando por vales de comida en “La casa violeta”. ¡Pero los explotadores nos lo niegan! ¡Huelga!

- ¿Te das cuenta que las pelotudeces que piden las pagamos todos? ¡Ese podría ser dinero destinado a la educación!

- Pibe, somo' gremialistas, no importa de donde venga; el estado tiene guita y hay que sacarle lo más posible.

 

Antes de que pudiera soltarle un epíteto virulento, se fue, siguiendo el desfile de empleados de la OSE. Hasta los oprimidos de los cubículos andaban gritando y aplaudiendo. Mientras la atención estaba desviada, le encajé un gargajo al teclado del pelado. Si, no es algo de lo cual sentirse orgulloso, pero bueh. La única que se percató, fue la mina de la fila.

 

- ¿No vas a ir a buscar tu contador? – me preguntó

- Ehh… están de paro, no se puede hacer nada…

- ¿Ah no? Seguíme. Por cierto, mi nombre es Ángela.

 

Enseguida entró a caminar en sentido contrario al desfile. No sé que me impulsó a seguirlo, quizá la desesperación. Si, probablemente haya sido la desesperación. Eso y que estaba bastante buena la mina. Nos subimos al ascensor.

- No deberías fumar – me dijo

- ¿Cómo sabes que fumo?

- Y deberías visitar a tu abuela

- Si, bueno…

- Y cambiate la ropa de vez en cuando, desde que empezaste el trámite que tenés la misma remera, jedes a camello.

- Callate.

 

Llegamos a destino. Ángela salió del ascensor y entró a caminar. La seguí, no sin antes cerciorarme si tenía razón sobre mi aroma corporal. Discretamente olfateé mi sobaco. Tenía razón, mi axila olía al Interbailable una noche de verano en la cual se había acabado el desodorante del baño.

Ángela entró a un cuartucho y me dijo que esperara. Se sintieron unos golpes y un sonido jugoso. Como si se hubiera derramado un vaso… o el ruido que hace la materia gris al salir de maneras explosiva por las fosas nasales. Salió y me entregó un papelito.

 

Vale por un contador de la OSE.

- Ehhh… - medité – esto es un tazo ganador de las papas chip.

- Se llama tercerización. – Contestó Ángela mientras se limpiaba la mano – la OSE no dá contadores, te inicia el trámite y te da un permiso. Después vas a cualquier Habitab y lo canjeás con ese papelito y 40 pesos. Ahora andate, los sistemas de seguridad se van a activar en cualquier momento.

- ¿Qué hiciste ahí adentro? ¿Por qué tenés sangre en las manos?

- Ehh…. Ehm… estoy con la regla

- Ah. Una pregunta… ¿Por qué me ayudaste?

- Porque soy tu ángel de la guarda

- ¿En serio? ¡Yo pensé que era un invento de la iglesia católica para atraer niños inocentes a su redil y que los curas pedófilos pudieran divertirse!

- Ehh… bue, ta… me mandó tu vieja, sabía que eras un incapaz y que no ibas a poder conseguir el contador nunca en tu vida. Fracasado.

Tenía razón.

Tha end.





.. Opiná sobre esta historia en los FOROS de Dios Nos Libre

Volver a HISTORIAS