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FURIA EN LA INTENDENCIA
UNA HISTORIA DE VIOLENCIA Y JUSTICIA
_____________(Leer parte anterior)


PART DEUX: Ahora es Personal
por Frutillaitor



Había sido juzgado y sentenciado.

Eso era lo que pensaba mientras el infame empleado del estado me sentenciaba a pagar una multa, por exceso de velocidad. Me sentía cómo en Mega City, casi podía ver al Judge Dredd disparando una granada propulsada a mi auto. Al menos eso tenía dignidad y ni hablar de la anécdota para contar,

La justicia yacía en este bípedo cuya dentadura sería el infierno de los odontólogos y mientras mi dignidad era amputada, el tiempo se agotaba.

No tenía salida se me había condenado a pagar multa y lo peor, debería hacer trámites en la intendencia. No voy a entrar en detalles sobre el resto de mi travesía al aeropuerto, pero permítanme decirles que los terroristas soviéticos no tuvieron chance y eso que tenían un helicóptero...

La noticia en el núcleo familiar había sido recibida de la peor forma posible. Incluso peor que la vez que invadí Nicaragua sin querer. El hecho de haber sido multado por un inspector de tránsito había mancillado el honor de la familia. Sólo me quedaba el exilio o la venganza.

 

Si ustedes han leído hasta aquí es porque esperan ilustrarse con mi gráfica y excesiva venganza.

Lamento desilusionarlos, ahora escribo esto desde un GULAG en la Siberia, pero que quede claro, mi exilio fue auto-impuesto, no me gusta el calor y además tengo amigos acá.

La realidad me golpeó más rápido de lo que se termina una botella de alcohol con amigos, tendría que ir a la intendencia.

La sola idea de esto, me perturbó por días, incluso llegué al punto de casi dejar la bebida...Por suerte recibí una llamada telefónica de improviso:

 

- Do you salsa? - preguntaba el misterioso hombre al otro lado del tubo.

- Only in very special occasions …-reconocí en seguida el código…

- Like what?

- Like Hanoi or Singapore, but specially on Guatemala

Era Cassidy, un viejo amigo de armas, nos conocimos en un bar de mala muerte en Hanoi cuando fui soldado de la fortuna, él se había metido en problemas y a mí se me había acabado la bebida, después de ahí fuimos inseparables.

-Se dice que te has metido en problemas?

Maldije por lo bajo, las noticias vuelan rápido cuando te busca la INTERPOL.

- Yo?, nunca, no después de Nicaragua... – No iba a decirle lo de la intendencia

- Sí, escuche lo de Nicaragua, dicen que fue mejor que esa vez que confundimos el convoy del Ayatollah con una van de monjas autistas!

- Sí, lo recuerdo, pero creo que es mejor tener esta conversación en persona, no es una línea segura .

- Esta bien, 2300 horas, en el mismo lugar de siempre...

-Ok, pero escucha el lugar de siempre.... - inútil ya había cortado la transmisión.

 

Tomé la primera .45 que tuve a la mano, dos clips y mi hacha antes de salir al encuentro de Cassidy... en taxi.

Luego de unos 15 minutos de oír cómo un tipo que pasó 25 años detrás de un volante demostraba que pasó esos 25 años, dormido detrás del volante, llegué al punto de encuentro.

 

- Y viste Sartre lo dijo, es así, fíjate que llevo 25 años acá...

- Sí gracias, te dejo el cambio justo y si aprecia su vida usted no me llevó a ningún lado .

 

Bajé del taxi con la certeza de que el tipo era un inútil y que no se acordaría de mí, pues mi ingenioso disfraz de Hitler confundiría a las autoridades en caso de que las cosas se pusieran mal, arrojé la ropa a un basurero cerca, guardé el bigote falso en mi bolsillo, uno nunca sabe. Camine unas ocho cuadras por la zona portuaria antes de llegar a mi destino, el punto de encuentro con Cassidy.

Antes de doblar la última esquina recordé hacia dónde me dirigía y no pude evitar mirar para arriba y pensar que el Tipo de Arriba tiene un gran sentido del humor.

 

The Burrito LocA

 

Ese cartel de neón me daba escalofrío, lo que antes solía ser refugio para veteranos de guerra, mercenarios y contadores, ahora era un bar gay temático. Ya nada era sagrado.

Entre y me vi obligado a re pensar toda mi vida, basado sólo en la circunstancia en la que me encontraba y llegué a la obvia conclusión de que debería haber muerto aquél día en Moscú.

Busqué inútilmente con la mirada a Cassidy, antes de llamar la atención decidí sentarme en una mesa vacía, quizás un poco de alcohol me levantaría el ánimo.

Ordené un poco de vodka a una mesera con demasiado bigote. Mientras bebía, noté un barullo que provenía detrás de mí... era Cassidy. Hay algo que debo contarles sobre el viejo Cassidy, el perdió un ojo y quemó parte del otro en un juego de azar llamado “el tuerto muerto”, que es una versión de “la papa caliente” pero con una granada sin espoleta, desde entonces usa armas automáticas solamente y no maneja en días de lluvia.

 

- Oye que gran lugar! Por qué no me lo dijiste!? - me preguntó, mientras abrazaba a dos señoritas, una en cada brazo, por un momento sentí olor a aftershave y náuseas.

- Cass, es mejor que te sientes tengo algo que decirte

- Esta bien, ordené unos “Burritos Mimosa” espero que te guste la comida mexicana, a mi me encanta, y estas chicas parecen fáciles.. .- decía mientras intentaba sentarse.


Luego de tres intentos fallidos, decidí asistirlo por el lado del parche, para no herir sus sentimientos.

- Tengo dos cosas que decirte, la primera: los de tránsito me multaron, debo ir a la intendencia...

- No has pensado en ir verdad? Digo, tienes amigos en Siberia puedes ir ahí un tiempo y regresar, nadie te dirá nada...

- Sabes que no puedo permitir que las cosas se queden así, debo enfrentarlos - le dije mientras nos servían los platos.

- Gracias, Lucy eres un primor.

- Cass, sobre la otra cosa...

- Sí esta bien puedes usar mi arsenal, sé que el tuyo fue destruido por esos Contras resentidos...no saben apreciar una buena broma...

 

Decidí ignorar el burrito extra fálico que yacía erecto y el hecho de que mi amigo se había enamorado de otro hombre.
Casi instintivamente, miré por encima de mi hombro, un viejo resabio de la guerra fría, y vi que entraban dos hombres perfectamente afeitados y maquillados cuyo sentido de la moda haría llorar a David Bowie. Eran agentes encubierto, discretamente saqué el bigote falso y me lo coloqué.

 

- Que hermoso día hace hoy, no piensa usted lo mismo?- dije en voz alta

- Sí, las gaviotas vuelan maravillosamente hoy... - eso significaba que se había dado cuenta y que traía consigo un arma automática.
Me disculpas tengo ver si me queda desodorante - mientras se dirigía a la barra a hablar con Lucy.

 

Sabía lo que Cassidy estaba haciendo, trataba de conseguir una forma de escape limpio, sin mucho tiroteo. En mi mente habían dos cosas: o Cassidy se había puesto viejo o realmente estaba enamorado de Lucy.

Los dos agentes travestidos se levantaron al mismo tiempo, revelando su entrenamiento militar en nado sincronizado, no eran amateurs. Se dirigieron con sutileza hacia dónde estaba Cassidy. Aseguré mi bigote y martille mi arma por si acaso, me dispuse a seguirlos sigilosamente. En mi diccionario “sigiloso” significa golpear a alguien de forma tal que no se entere hasta que le duela. No traía mi silenciador, así que quedaba el hacha que sólo traía una y ellos eran dos. En ese momento me di cuenta que estaba dudando en como golpear a alguien, es como si pensara que debo respirar. Los tipos se habían acercado demasiado a Cassidy, debía actuar.

 


Ese fue el sonido que hizo la mesa y el hombre de hombres que estaba en ella, cuando impacto contra los únicos dos travestidos que realmente no encajaban en ese lugar.

 

- Dios, no has perdido la sutileza!

- Y que pasó con el “desodorante”? pensé que ibas a preparar el escape!

- No realmente quería ver si tenía desodorante...quizás tenga suerte esta noche---

- Olvídalo, larguémonos de aquí, podemos usar la puerta trasera?- pregunté a Lucy.

- No se tu nombre todavía, pero nunca importó...

Sentí ganas de partirle la cara con una silla afilada, pero la nausea fue más fuerte...

- Te maldigo por todo el Valhalla Cassidy .

 

Nos dirigimos hacia dónde estaba seguro que no era un cuarto “privado”, gracias a Odín, salimos a un callejón. El lugar estaba repleto de basura y lo que a lo lejos me pareció una URAL M-72, una motocicleta con sidecar directamente desde la unión Soviética, estaba pintada con un camuflaje rosa y violeta. Podía escuchar pasos y un par de balas que entraban en la recámara de sus respectivas armas, al fin. Le hice señas a Cassidy que me pareció que entendió y me aposté sobre un costado de la puerta. Cuando los sicarios salieron del tugurio de homosexualidad me abalancé sobre uno de ellos, teniendo especial cuidado en asegurar que mis botas estuvieran en su nuca cuando el resto de su cabeza se encontrara con el piso.

Este movimiento es arriesgado, sólo puede ser usado una vez y te deja expuesto a posibles represalias de los posibles secuaces, pero el bonus es inmejorable.

Según algunos médicos, un incremento excesivo y repentino de la presión inter-craneana puede resultar en daños severos o muerte. A mi me interesaba causar el segundo efecto, y si era posible, recorrer la mayor distancia con los ojos del ex-sicario.

De repente, sentí una sensación de frío y calor húmedo en mi brazo izquierdo, esa misma sensación que uno siente cuando le clavan un cuchillo de combate en su cuerpo, las iniciales en el mango juraban I.M.M. Respondí a eso con un disparo directo de mi Colt 1911 en su cabeza. Quizás reaccioné excesivamente, ya no había nadie a quién hacerle preguntas, pero claro quizás también beba excesivamente.

Esperamos unos segundos antes de revisar los cuerpos, los reflejos post-mortem son graciosos.

- Creo que mataste a Ante Garmaz y a China Zorrilla

-Imposible ya están muertos esos dos, y además este no actúa .

Las identificaciones eran tan falsas que hacían quedar como profesional a una quinceañera fácil.

Mire en su cartera y encontré además de labial, una pequeña agenda, la revisé. Estaba llena de actividades como “hablar con los del 3er piso” y marcado con rojo cada feriado posible.

 

- No son civiles, mira las horas de las actividades, de 0900 a 1700, los civiles trabajan a esa hora .

- Pero los datos no concuerdan.... momento!- me quité el cuchillo hundido en mi brazo y repasé las iniciales

I.M.M ...

- Ignacio Martín Meléndez !, no fue ese el que nos vendió la avioneta sin alas? -

- Lo matamos recuerdas?, esto es peor...Intendencia Municipal de Montevideo

- Como saben tu verdadera identidad? Como saben que estábamos aquí?

 

El torrente de preguntas fue detenido por los tacos de una dudosa rubia que provenían de la puerta, era Lucy.

 

- Rápido, hay unos hombres preguntando por ustedes en la barra, pueden llevarse mi moto .

- Te dije que era un primor!

 

Acto seguido se besaron, con lo cuál yo volví a poner el cuchillo dónde lo había encontrado, y me concentré en medir la distancia que habían recorrido los ojos del sicario, había roto una marca personal 2.30m

El escape fue rápido y demasiado gay para mi agrado, aunque a Cassidy no pareció molestarle en lo absoluto.

- HaHa! De nuevo en la acción eh?

 

Guarde silencio mientras pensaba que si hubiera estado en el Mardi Graas o en algún desfile gay esta motocicleta pasaría completamente desapercibida, repentinamente la palabra “traición” cruzó mi mente, también lo hizo “Pare” pero la ignoré. Traición, quizás fue el mismo Cassidy, después de todo el me había contactado. Me pasé todas las luces, ya no importaba jugar por el reglamento. Si todo había sido una trampa, entonces jugaría su sucio juego hasta que pudiera partirles el cráneo.

 

Cassidy, necesito hacer unas llamadas y un lugar seguro, conoces alguno?

Sí, tengo un lugar no muy lejos de aquí, dobla en la próxima esquina...

 

Nos acercamos a un viejo almacén desocupado, el frente todavía mostraba señas de lo que alguna vez fue la industria nacional, herrumbre y desilusión. Cassidy abrió una de las pesadas puertas y metí la motocicleta.

 

Dónde está la línea segura?

Está en la oficina, al lado de la lámpara de lava.

Estaba a unos cuatro metros de Cassidy cuando escuche el distintivo sonido de una Heckler & Koch cuando se martilla. Yo estaba de espaldas.







CONTINUARÁ ...






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