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ERROR DE CONTINUIDAD
Parte 2: ¿Dónde está Wally?

por Sokoban


Fue como a las 2 de la tarde del día posterior a mi visita a los archivos de esta gran nación que una serie de golpes en mi puerta me despertaron de mi profundo sueño. Era Jueves, y los días que contienen la letra "E" me gusta alargarles las mañanas, vieja tradición rumana.

Logré con gran dificultad arrancar mi miserable humanidad de entre mis confortables sábanas de "Battle-Star Galactica" (edición especial) y fui a contestar el llamado desesperado de quién seguramente era mi casera. Vengo pagándole con excusas desde hace año y medio.

No tenía pensado pagarle en esta ocasión, tan solo quería asomarme por la mirilla de mi puerta para ver su triple papada agitarse cómo gelatina sin sabor, mientras me reclamaba acerca de como me podía denunciar en cualquier momento a la policia por mis creencias religiosas. Eso siempre ponía una sonrisa en mi rostro, era tan gorda.

Estas creencias que mencioné incluían colgarme de los cables de la luz, teléfono y cable del edificio de al lado. Y haber intentado una vez colgarme del sistema de plomerías del mismo edificio. Cosa que resultó ser,como la mayoría de las grandes obras sanitarias, más factible en la teoría que en la práctica.

Llegué a la puerta y encendí un cigarrillo. Me sorprendí un poco cuando vi el paquete de donde lo había extraído. No era la marca que fumaba habitualmente. En ese momento noté que la ropa que tenía puesta (misma con la que había amanecido) no era mia.

En primer lugar no tenía ese distintivo olor a nicotina que impregna mi guardarropa. Eran ropas limpias, arrrugadas por haber pasado la noche en ellas, pero más allá de ese detalle podrían haber sido las prendas más limpias que me ponía en meses.De hecho lo eran.

El estilo no era exactamente de mi agrado, pero los mendigos no pueden ser quisquillosos.

La búsqueda de significado a mi nuevo look tendría que esperar, el golpeteo fuera de mi apartamento se había vuelto más enérgico y voces podían ser escuchadas del otro lado. Ninguna de las voces se asemejaba al chillido agudo y endemoniado de mi casera. Miré a través del cristal de la mirilla.

Problemas.

"Abra de una buena vez, es la policia. No nos pagan por hora como para andar perdiendo el tiempo con usted. Abrá esta puerta le digo."

Cerré mis ojos. Inspiré profundamente una pitada de mi cigarrillo. Hice un listado mental de todas las felonías cometidas en ese pasado mes que podrían ameritar la presencia de estos finos caballeros armados en mi puerta.

No, no era eso. Desde que conseguí este laburo me cuido mucho más. Juego con un perfil bajo. Pago las cuotas que tengo que pagar al oficial de la corte para que este tipo de cosas no sucedan. Además de que ese mes me volví masón.

Cierto, los masones no debemos temerle a nada, es lo que dicen nuestros anillos especiales.

Abrí la puerta.

 

3 oficiales de policia revisaban con asco la pocilga que llamo hogar. Yo me encontraba sentado frente a la mesa de la cocina (mi única mesa). El detective Francisco Bransen se encontraba parado frente a mi al otro lado de la mesa. Le hubiese ofrecido un asiento pero en ese momento yo estaba ocupando el único disponible en todo el lugar.

Bransen era un hombre de mediana estatura. Retacón. De cabello oscuro. Calculé que tenía aproximadamente unos 50 años. Tenía una mandíbula ancha y recta, su frente plagada de lineas de expresion era angosta. Sus ojos eran pequeños y oscuros. Sus cejas aguileñas hacían que sus ojos se vieran aún más diminutos. Su nariz era angosta y su cicatriz era vomitiba.

El lado izquierdo del rostro del detective era recorrido de manera diagonal por la cosa más espentosa que halla visto en un rostro humano fuera de la internet. Tres profundas y largas zanjas de carne corrían de izquierda a derecha, y de arriba a abajo por su mejilla. comenzaban justo por encima de su ojo izquierdo y terminaban antes de llegar a su labio superior. Las lineas se veían antiguas, la epidermis alrededor de ellas se veía casi normal.

 

"Le diría que vive en un chiquero pero me temo que eso sería insultar a los chiqueros respetables." dijo Bransen.

Dirigiendo mi mirada hacia mi recipiente conteniendo cereal y lo que esperé en ese momento fuesen pasas, utilizé toda mi fuerza de voluntad para borrar la imagen de este sujeto de mi retina y continuar el resto de esta conversación con él mirando la parte de arriba de mi cabeza.

Una vez que el detective Bransen terminó de sermonearme acerca de la importancia de la higiene y uno de sus subordinados matase a una de las ratas que vivían conmigo con 5 disparos a la cabeza, llegamos a la razón de su visita.

"Siento lo del roedor. No pensaría que alguien se pondría tan emocional por la pérdida de una fuente potencial de enfermedades."

"Se llamaba Splinter, le gustaba el queso dambo y perseguir gatos."

"Si bueno. ¿Y a quién no? Mira amigo, sabes porque estamos aquí, así que dejémonos de rodeos y dinos lo que que queremos saber antes de que tengamos que dispararle a otro de tus amiguitos."

"¿De qué hablan?"

"Dejáme adivinar, tu estilo de vida hippie no te permite ver el noticiero."

Apunté con mi mano derecha mi televisor teniendo cuidado de no levantar mi cabeza y encontrarme con la pesadilla de rostro de Bransen.

Hacía dos noches atrás durante un episodio del "Contender" un resultado totalmente injusto en una de las peleas me hizo lanzar mi casco con posavasos hacia la pantalla.

Creo que los encargados del "People + Arts" entendieron la indirecta.

"Problemas con la recepción." Agregué.

"Ya veo. Bueno entonces creo que es hora de que te ponga al tanto de lo sucedido en estas últimas horas."

Terminé con mi desayuno y dejé la vajilla en el fregadero, donde imagino que algún día las hadas de la limpieza vendrán a deshacerse de toda la suciedad. Por el momento me hubiese conformado con que esa cosa verde bajo mi ensaladera dejase de moverse.

¿De donde había sacado una ensaladera?

"A eso de las 2:20 de esta mañana un incendio se desató en un edificio de la ciudad vieja.
Más específicamente en el edificio de archivos de nuestra nación.

Los datos son preliminares pero parece que el incendio fue premeditado.
El sistema de incendio fue desactivado desde adentro.
El guardia que cuidaba la puerta fue encontrado muerto.
Su muerte fue a causa de no haberse dado su dosis de insulina contenida dentro de su botiquín de primeros auxilios.

Dicho botiquín fue encontrado en el subsuelo del edificio en el almacén de materiales históricos.
En dicho almacén es donde el incendio se originó.

Y es en este lugar que el cuerpo de cierto empleado público no fue encontrado, a pesar de que las cámaras de video del cajero automático de enfrente a la única entrada al edificio no lo muestran salir en todo el día.

Es más, a la única persona que esas cámaras muestran salir y entrar del edificio en el día de ayer es a usted Sherezade."

 

Fue en el momento exacto que el Detective terminó esa frase que una buena parte del edificio se sacudió e inmediatamente cayó sobre la vereda.

Afortunadamente yo no estaba en esa parte del edificio. Desafortunadamente para el detective Bransen y sus oficiales, ellos sí lo estaban.

Desde dentro de una nube de polvo blanco y a través del lugar donde solía estar mi puerta una silueta se movió con rapidez en mi dirección. Era una mina (estaba la mitad de fuerte de lo que estás pensando).

"Vámonos, es nuestra oportunidad. El "lider" nos espera en la bahía, tenemos que llegar ahí antes de que lleguen los demás para advertirles de lo que ha pasado....

....¿Por qué estas vestido cómo la protagonista de 'Mi Bella Genio'?..."

 

Parte 3: Matalobos





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