DIOS NOS LIBRE
 
DiosNosLibre.com > Historias > Error de Continuidad


ERROR DE CONTINUIDAD
Parte 1: El último polvo

por Sokoban




Es un pequeño gran error que la mayoría de las personas cometen.


Según los archivos de la nación, los restos del procer se encuentran en la Plaza Independencia. Los archivos de la nación jamás mencionan ninguna urna con cenizas adentro.


En esos mismos documentos se encuentran papeles que atestiguan el transporte del cadaver del padre de la patria a Montevideo luego de haber fallecido en Paraguay.

Se encuentra su certificado de defunción, los papeles de aduana de la época, tanto en la frontera paraguaya como la argentina y la orden de colocar su cuerpo en un lugar donde podría ser visto por turistas.

¿Notan algo que falta?

Correcto. No hay un informe del forense describiendo el estado del cadaver al llegar a Montevideo.

¿Por qué faltaría este documento tan importante?

Más aún sabiendo que los paraguayos de la época enviaban los cuerpos de los extranjeros caídos en sus tierras, rellenos de ratas infectadas con rabia.

Aparentemente debido a su extremo odio hacia paises con vista al mar.

Los papeles del dossier se encontraban numerados de manera consecutiva. En el lugar en que los papeles perdidos debían haber existido, los números se salteaban. Más de 15 páginas de información habían desaparecido.


Hice notar a las autoridades acerca de esta situación.

Les dije que yo era un investigador independiente enviado por el departamento informativo de DNL. Que estaba realizando un recuento de los últimos días del General y la posterior exibición de sus restos mortales en la Plaza Independencia.

Para cuando llegué al punto en que iba a contarles acerca de las hojas faltantes del documento me di cuenta de una cosa.

Había pasado los últimos 5 minutos hablando conmigo mismo.

Estaba hablando con un maniquí vestido cómo empleado público (termo y mate incluídos). En su rostro una careta de "Wally" sonreía maquiavélicamente.


Prendí un cigarro y revisé mis pasos de ese día.

La realidad es que en todo el archivo de la nación nos encontrabamos solamente yo y el viejo aparentemente en coma que me dejó entrar.

Mi investigación había llegado a un callejón sin salida. A menos que ese monigote de plástico pudiese hablar, este sería el fin de la historia para mi.


"No se puede fumar acá adentro" dijo Wally.


Mi cerebro en ese preciso instante se concentró en 2 objetivos. Número uno, no gritar como una niña pequeña en caso de que esto fuese una broma para "Jamie Kennedy Experiment". Número dos, apuntar la trayectoria de mi cigarro de tal manera que al lanzarlo de entre mis dedos golpease alguna parte de su máscara, dejándo una marca y confirmando que había sido "Punkeado".


Fallé en ambos sentidos.

Un agudo chillido amaracado salió de mis cuerdas vocales al tiempo que un cigarrillo encendido hacía lo mismo de entre mis dedos. El final de su trayectoria fue la pupila de Wally.

"Ah! Mi ojo!"

¿Las máscaras de goma no parpadean verdad? ¿O sangran? ¿O realizan los gestos propios de una persona en absoluta y verdadera agonía?


Esta era la segunda vez en mi carrera de periodista que veía un objeto inanimado cobrar vida para pedirme que apagara mi cigarro. Aunque la primera que me lo pedía un personaje de la literatura mundial.


Creo que fue a la tercera vez que Wally pidió mi asistencia que logré salir de mi monólogo interno por tiempo suficiente como para atenderlo.


Utilizamos el kit de primero auxilios del viejo comatoso de la entrada para curar el ojo de Wally. El viejo parecía aún más inanimado que Wally minutos atrás.


Volvimos al puesto de trabajo de Wally donde preparó unos mates. Me ofreció un poco de la infusión y algunas galletitas malteadas.

Rechazé su oferta y me preocupé más por bombardearlo con preguntas. Digo, por algo me pagan ¿verdad?


"¿Vos sos Wally?"

"Soy solo una parte de Wally. Wally está en todas partes. Wally se encuentra entre nosotros. Wally une todas las cosas en el Universo. Él está en esa roca, en ese arbol, en este termo, o en este mate."


Admirador de "Star Wars". Conozco su calaña. No iba a conseguir una respuesta directa de este sujeto a menos que tuviese un modelo del "Halcón Milenario" con que negociar.

Afortunadamente siempre cargo una conmigo a donde voy.


"La respuesta está en Asunción" me dijo. "Debes ir a Asunción, busca dentro del tabernáculo mormón número 24 y 1/2. Toma esta llave de plata."


"Esto no es una llave, es un modelo a escala de la estatua ecuestre de José Gervasio Artigas situada en la Plaza Independecia. Y no está hecha de plata, está hecha de clips de papel."


"¡Ve ahora! No tienes tiempo que perder. El destino de la galaxia depende de ti"


Acto seguido, me fui a la mierda.

Y esa fue la última vez que vi a Wally el empleado público con vida.


Parte 2: ¿Donde está Wally?





.. Opiná sobre esta historia en los FOROS de Dios Nos Libre
Volver a HISTORIAS
Volver a la página PRINCIPAL