En Abril de este año DiosNosLibre.com se embarcó en probar suerte en los eventos que involucran a nuestra cultura nerd. Cuando digo ‘DiosNosLibre.com' digo en realidad que yo, como representante, se me cruzaron los cables y me dio por organizar un evento de esta índole con una persona que ya ha tenido experiencia en este rubro: Bruk.
La organización y llevada a cabo, a pesar de parecer media desprolija y quizás saturante por momentos, fue un éxito. Esto, claramente, fue como lo vio (o espero que hayan visto) aquellos que participaron del evento y que comparten el fanatismo por los juegos de la saga de Smash Bros.
Sin embargo, al tratarse de un evento de DNL, más de alguno de los personajes de nuestra tribu asistieron al evento, por más que no tuvieran afinidad al tema en lo absoluto. Y todos sabemos lo que implica sacar a un pez del agua….
Exacto: Evolución a una especie superior! A una especie que va a llevarle la contra a todo a su alrededor y putear porque “está poco mojado por estos lados”. Aquellos que dijeron que el pez se moría los califico de pesimistas incurables, serán escoltados fuera de la sala. Pero no se desanimen, nuestros señores de blanco también les presentarán un pase directo al Vilardebo All-Day Spa .
“Hemos desperdiciado nuestras vidas.”
Con esta frase, Cacho LaGarza, mi amigo y ex-concursante de “Operación Triunfo” remataba nuestra última sesión de abuso de sustancias embriagantes de sábado por la noche.
Silenciosamente contemplábamos el abismo de fracaso que nuestras vidas resultaron ser. Habíamos llegado a la conclusión de que el único hecho medianamente exitoso de nuestra existencia habría sido transformar un combo 4 de “McDonald's” en un emparedado de “Subway”, utilizando solamente nuestro ingenio y la corcho lata de una gaseosa “Crush” sabor pomelo.
Ambos dirigimos nuestra atención al fondo del recipiente de plástico vacío donde supimos preparar nuestra ponzoña etílica. Seriamente consideramos lamer su superficie en busca de los últimos rastros de vida de la mencionada bebida.
En ese instante solo un pensamiento me brindaba consuelo:
“Cuando menos no tenemos forma de caer más bajo.”
Al otro día fuimos a esto:
Media tarde del domingo 15 de abril del año 2007 después de cristo. El lugar: 8 de octubre al 2525 cerca de la intersección con la calle Presidente Berro, a metros del túnel de la ciudad de Montevideo. En pocas palabras, “Grim Goblin”. Sitio donde varias subespecies urbanas encuentran una forma de descarga a sus diferentes desviaciones. Ya sea la afición por los video-juegos, los juegos de cartas o la obtención de artículos relacionados con el rol.
Llego al lugar caminando. Luego de haber dejado estacionado mi auto a 5 cuadras y media del lugar. Justo como lo aconseja el número de agosto del año 2004 de la revista “Soldier of Fortune”. Un sano grado de paranoia y una Glock en mi sobaquera, son las herramientas justas para enfrentarme a una segura emboscada de mis probablemente numerosos y furtivos enemigos.
Mi primera impresión del lugar la recibo por parte de mis receptores olfativos. No me molestaré en describir esta experiencia ya que las palabras perfectas llegarían por parte de Sir Cacho LaGarza aproximadamente 2 horas después de su arribo.
Echo un vistazo rápido dentro del lugar en busca del responsable ideológico de este crimen contra la humanidad. Rod, administrador extraordinario y Nintendo fan-boy desde 1990.
No logro ver nada, a primera vista el planeta Marte se había interpuesto a mi visión. Reconociendo rápidamente lo absurda de mi suposición observo la escena con un poco más de cuidado. Resulta que tan solo era un sujeto imposiblemente obeso usando un sweater rojo y siendo orbitado por dos pequeñas lunas de aspecto irregular.
Naturalmente saqué mi picana eléctrica y la enterré donde asumí estaban las costillas del semoviente. Presioné el botón en la empuñadura enviando suficiente corriente como para freír una familia-tipo de braquiosaurios.
El hombre-planeta lentamente comenzó un movimiento traslacional y otro rotacional a la vez, quitándose de mi camino y yendo a colisionar con algún asteroide en otro sitio. Finalmente pude ver el interior del local. No había señales de mi condenado administrador por ningún lado. Me vi forzado a entrar.
Un par de hileras de anaqueles para discos compactos en el centro del recibidor ponían en evidencia una colección respetable de juegos de video. Desde la popular saga de títulos de RPG japoneses “Mega Action Cheerleaders' Magical Bus from Spookey Doom” hasta el extremadamente raro y codiciado “Jeopardy, the Munich Edition”, donde participas en un programa de concursos dirigido por el mismísimo Adolf Hitler y sus banda de alocados amigos.
Afiches tamaño jumbo tapizaban las paredes del lugar con motivos que aluden nuevamente a los juegos de video, rol y toda una variada gama de asuntos igualmente ñoños. Decoración estándar de la habitación de un adolescente cubierto de granos y sin amigos, con un exceso de dinero y carencia de criterio para saber que hacer con él.
Una vitrina sobre uno de los muros con pequeñas maquetas de íconos de la cultura nerd. Un despliegue de personajes que arrancaba por Austin Powers hasta llegar a Lobo, pasando irónicamente por Alice Cooper. Una decena de figuras de acción de “Star Wars” con falacias tales como a Bobba Fett acompañado por su confiable jet-ski de batalla, o R2D2 y su aditamento lanzador de cuerdas para escalada, que a su vez guardaba en algo sospechosamente parecido a un bati-cinturón.
A su lado una estantería entera dedicada solamente a resguardar manuales de rol, específicamente “Vampiro”. Una actividad reservada para personas que honestamente deberían pensar cuando fue la última vez que salieron con una persona del sexo opuesto, con quien no compartiesen un vínculo sanguíneo.
Ya que estamos en el tema de cosas extrañas y que no ayudan a la obtención de una vida sexual medianamente satisfactoria, debo destacar que este es por lo que entiendo uno de los pocos lugares en Montevideo donde obtener dados de rol. Así que si te crees mejor que el resto de las personas y consideras que dados de solo 6 caras son un insulto para tu persona, te aconsejo que te pegues una vuelta por este lugar.
A pesar de que el lugar de a poco estaba comenzando a ganarse mi afecto, de la misma manera que un hongo se apodera del pie de un atleta con una higiene personal deficiente, aún no veía indicaciones de Rod por ninguna parte.
Vi al fondo una puerta y “personas” dirigiéndose hacia allá. Recordé lo mucho que a Rod le agradan los cuartos traseros carentes de iluminación natural y con una única salida. Entré al lugar e inmediatamente me arrepentí de esa decisión.
Una habitación tres veces el tamaño del recibidor se abría ante mí. Varias filas de mesas de madera con bancos del mismo material a sus costados. Sobre esos mismos bancos, filas de adictos a los juegos de cartas reposaban. Su arma de elección: Yu-Gi-Oh!
He tenido cierto contacto con esta enfermedad social llamada juegos de cartas, a través de buena parte de mis compañeros de DNL. Afortunadamente en su mayoría son adeptos al “Magic”. Un juego que en estos momentos se encuentra pasado su apogeo y en plena caída de popularidad por motivos que no voy a explicar aquí.
Nuevamente la búsqueda de mi administrador resultó infructuosa. Solo personajes enajenados, con la mirada perdida en un punto a mil millas de distancia y diciendo incoherencias, almacenaba esta habitación. Me quité mi galera imaginaria y otorgué un minuto de silencio en honor a estas almas perdidas.
A mitad de mi giro de 180 grados de vuelta a la entrada del sitio fui interrumpido abruptamente. Un sujeto con los ojos inyectados con sangre, pupilas dilatadas y sudor frío cubriendo su rostro sostiene mi brazo tratando de obtener mi atención.
¿Comprás cartas de Yu-Gi? Me dice el mutante. En su otro brazo sostiene un bibliorato conteniendo decenas de naipes del mencionado juego dentro de pequeños compartimientos plásticos.
En su primitivo lenguaje trata de regatear conmigo exponiendo las virtudes de su mercancía y lo accesible de sus precios en comparación con los de su competencia. Nótese que cuando mencionó a su competencia señaló a un grupo de 3 niños de no más de 11 años. El sujeto del que estoy hablando tenía más de 30 años y menos de 30 cabellos en su cabeza.
Ya luego de un buen rato de escuchar su discurso de negociación decidí hacer lo propio para quitarme esta lamprea humana de encima. “Ese sujeto de ahí me dijo que quería comprar cartas”, le expresé al insistente enajenado. Con mi brazo libre extendido le indiqué la dirección del posible comprador, un extintor de incendios de categoría B cubierto de calcomanías de Digimon.
Acto seguido dijo algo que interpreté como: “Sabía que ese necio tan solo se estaba haciendo el difícil.” Y de esa manera se dirigió a entablar una conversación de negocios con un matafuego color cereza. Más tarde me enteraría que la parte que obtuvo el mejor trato fue aquella que podía apagar con seguridad incendios de origen eléctrico.
Escapé tan rápidamente de ese lugar que, antes de darme cuenta, estaba nuevamente en la calle; respirando aire 79% más libre de nerd. Una vez afuera me cuestioné seriamente mi estadía en ese evento.
“¡Al diablo con todo esto! Tengo mejores cosas que hacer con mi tiempo que retrotraerme a mis oscuros y poco agraciados orígenes.” Inmediatamente después de haber exclamado esta frase reconocí que era una mentira del tamaño del continente perdido de la Atlántida.
Dejando de lado ese detalle me dispuse a largarme al demonio.
¡Sokolinsky!
ES HORA DEL JUEGO
Hola Rod. Debo mencionar que mi administrador es un fiel seguidor de las enseñanzas de lord Murphy, y no hay nada que le agrade más que tener una sincronicidad excepcional para rematar este tipo de situaciones.
Una vez que terminamos con las formalidades decidí invitarlo a comer algo y comenzar a realizar el tipo de preguntas incisivas que algún día me meterán en muchos problemas en mi carrera como investigador.
Rod ¿Qué mierda es esto?
Un emparedado de salami, y creo que lo que se está moviendo es la mayonesa.
Me refiero al evento que nos ha reunido hoy en este tugurio de mala muerte.
Es el SmashFest.
¿SmashFest?
SmashFest.
¿Debo comenzar a sentirme como un idiota por no saber de que diablos me hablas?
Si.
¿Quieres hacerme el favor de explicarme de qué hablas y dejar de comportarte como un p.e.t.a.r.d.o.?
Me refiero a un mega-torneo de Smash Brothers 64 y Smash Brothers Melee del cual dará que hablar por generaciones.
Correcto. ¿Cuántas personas participan?
Por ahora tenemos inscriptos como a 20.
Ya veo por donde venía la parte de mega-torneo.
Después se suman más. No era necesario anotarse de antemano. Simplemente podés caer y anotarte en el momento.
Suena a comunismo.
No realmente.
Como tu lo digas Joseph Stalin ¿Tenés bien en claro como vas a organizar todo esto?
A continuación Rod pasó a describirme un esquema de juego tan complejo que tuve que sacar mi calculadora científica 5 veces a través del relato, solo para mantener cierta apariencia de que entendía cuanto menos la mitad de lo que decía.
¿Y? ¿Qué me dices?
Digo que cerca de un 36,9% de todo eso tendría una permeabilidad al vacío mayor que 5 si lo pusieses en contacto con un medio alcalino.
¿Qué?
Nada importante. Decíme una cosa ¿Se te ocurrió a vos solo todo esto? Nunca pensé que tuvieses aptitudes para la organización de eventos,… o la alquimia.
Lo armé junto con un tal B ruk de los foros. Tiene un par de torneos de Smash encima.
Otra gran adhesión al equipo DNL. ¿Nunca leíste el memo que te mandé acerca de mis propias nuevas incorporaciones al staff?
¿Te refieres a la hoja de papel arrugado que me entregaste hace dos viernes atrás?
Si.
¿La que tenía escrita tu lista de compras del supermercado de un lado y un par de garabatos difícilmente interpretables del otro?
Esa misma. ¿Has tenido tiempo de revisar mi lista de garabatos?
No realmente. Lo más cercano que pude distinguir fueron nombres de marcas de bebidas alcohólicas varias, seguido por la frase: “EN GRANDES CANTIDADES”.
Si, básicamente esa es mi propuesta. ¿Te parece factible?
¿Cómo nuevos miembros de la página?
Correcto.
Lo discutiremos en la siguiente reunión del consejo directivo.
Entramos al lugar. Rod se dirigió rápidamente a hablar con el encargado. Un sujeto grande, cuya expresión facial mostraba un cierto descontento por estar a punto de verse enfrentado a una gran densidad de versiones más jóvenes de él. Por más que le gustara hacer su trabajo parecía saber que cuando la concentración de gente era mucha, la esperanza de vida de su local disminuía.
Mientras estos dos discutían cosas como: listas de participantes, orden de las partidas, formato de los torneos en simultáneo, hora de arranque oficial, entrega de joysticks y advertencias acerca del cuidado de uso de estos últimos; yo decidí darle un último vistazo a las instalaciones, específicamente al soporte físico con el cual este derramamiento de sangre pixelada se llevaría a cabo.
Entrando al local 5 televisores de pantalla grande dispuestos sobre la izquierda de la habitación alojaban las consolas donde se jugaría S.B.64. En el fondo, sobre la derecha y antes pasar al cuarto de atrás, 2 televisores igualmente masivos eran los orgullosos portadores de un par de hexaedros de juego, con los cuales se desarrollaría la parte del torneo referente a S.B.M. Frente a todos los televisores un par de sillas, y debajo de todas las sillas un chaleco salvavidas junto con una bolsa para el mareo.
Antes de que lograse elaborar un comentario que dejase en claro lo cómodo de jugar a menos de un metro de la pantalla, y lo espacioso que era el recinto para alojar a todos los jugadores durante el tiempo de juego y el obligado período de espera entre tanda y tanda; el mismísimo embajador de la República Intrascendente de Toby * se hizo presente.
ENTER LE GÀRZ
Embajador.
Saludé en la entrada de Grim Goblin al mencionado individuo asintiendo ligeramente con la cabeza.
Se dice: su eminencia.
Señalado esto, el petulante embajador de Toby en nuestro país, Cacho LaGarza, se quitó su guante de cetrería de cuero y me abofeteó en el rostro con él.
Ouch.
Mi respuesta como primer ministro en ejercicio de la soberana República de Toby fue devolverle el golpe con el halcón embalsamado que siempre cargo conmigo.
Eso es anticonstitucional. Demando una moción de censura.
Moción denegada.
Reiteré mi anterior réplica, solo que esta vez utilicé la parte del ave que deja marcas ensangrentadas.
Le podés sacar un ojo a alguien con eso.
No si no te quedás quieto.
¿Qué carajo se supone que hacemos acá?
Vos te anotaste al campeonato de Smash Bros Melee porque sos un chango, y yo estoy acá porque mi conexión de cable fue suspendida a causa de la intransigencia de mi proveedor de televisión para abonados respecto a aceptar dinero de Monopoly como forma de pago.
¿Dónde está Rod?
Adentro, haciendo cosas de Rod.
Ayer te fuiste demasiado temprano.
¿De qué demonios hablas? Yo siempre me retiro en el momento justo de la lona. Explícate.
Anoté.
¿Te acostaste con la mina a la que le mangueamos droga?
No exactamente. Con su amiga.
¿Qué amiga?
La de pelo corto.
No estoy registrando nada.
La de la campera amarilla.
Error 404.
La gorda.
Cacho… creo que eso era un buzón.
Luego de una discusión de cerca de 20 minutos llegamos a un punto muerto. Primero debido a la incapacidad de mi embajador para discriminar entre agujeros orgánicos y aquellos relacionados con la correspondencia. Y en segundo lugar mi propio hábito de confundir gente gorda con objetos masivos e inanimados.
SMASHING
Cacho fue a anotarse en el torneo de Melee y yo me quedé en la puerta cuidando nuestro única vía de escape mientras terminaba mi cigarrillo. Al mismo tiempo 20 millares de mosquitos trataban de alimentarse de mi sangre. Noté que el área se había plagado por parásitos igualmente nocivos: jugadores de Smash.
Mi Nerd-O-Meter â 1138 casi se salió de la escala. En un abrir y cerrar de ojos el local desafiaba su capacidad de ocupación máxima. De la nada habían surgido personajes que solamente deberían existir como elementos aleatorios que discuten cosas absurdas, dentro de un foro que originalmente trataba temas como la eutanasia y el derecho a votar de los legalmente lunáticos.
El tipo de ambiente forjado por este tipo de eventos es difícil de describir. La generación de un espacio donde las personas pueden demostrar honestamente su pasión por algo que el resto de la sociedad no entiende, y además pueden compartir con otros que tienen un sentir similar, es algo peligroso.
Una analogía aceptable serían las paradas de camioneros a las 2:30 de la mañana. Donde las crónicas policiales nos enseñan que éste resulta ser un lugar de encuentro para hombres homosexuales en busca de sexo anónimo y sin consecuencias. No entraré en detalles acerca del lado oscuro de estas prácticas debido a que todos sabemos lo rápido que se degeneran situaciones como esas. Todos hemos visto las fotos en los obituarios y semanarios científicos.
Tan solo quiero decir que cuando vi lo que lentamente se estaba gestando dentro de ese tugurio, agradecí a Satanás por las armas de fuego, y a los incompetentes funcionarios estatales que me permitieron sacar un permiso de porte de armas.
El ambiente estaba cargado de expectativa a medida que los concursantes daban su información en el mostrador principal. Nombre, torneo a elección y episodio favorito de la serie animada “REBOOT”; eran los datos requeridos para registrarse. |
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Una vez que el lugar se vio verdaderamente atestado de concursantes y el aire se tornó enrarecido, la voz del antes mencionado encargado se escuchó.
“El torneo está por arrancar… patanes .”
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Ambos torneos se jugarían en simultáneo. Cada jugador se batiría en 3 contiendas contra oponentes diferentes antes de seguir a la siguiente ronda. Se dividieron en grupos y los enfrentamientos se sortearon al principio.
Más tarde la secuencia en la que se dieron los combates respondió más a reglas prácticas, debido a que algunos decidieron anotarse a los 2 torneos y la mayoría aún no había perfeccionado el antiguo arte de existir en varios lugares al mismo tiempo. ( Novatos. )
El torneo arrancó con fuerza, llevado adelante por la energía propia de la anticipación excesiva de este evento. Cabe recalcar el detalle que la fecha del evento se había pospuesto tantas veces que hasta el más optimista de nosotros comenzaba a dudar de la realización del mismo.
Las golpizas virtuales se llevaban a cabo con crudeza y salvajismo. La cantidad de frustración sexual detrás de cada uno de esos golpes digitales era obvia.
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En cierto momento creo que escuché a uno de los participantes gritar a otro mientras le daba el golpe de gracia: “¿Y dónde está el apuesto capitán del equipo de football para defenderte ahora? Perra engreída.”
Debo admitir que la cantidad de adrenalina generada a través de esta actividad me llamó profundamente la atención. A pesar de lo complicado que se volvía a veces participar en el rol de público del evento, debido a las limitaciones edilicias, por momentos incluso me encontré a mi mismo casi disfrutando de todo esto.
El sentimiento por supuesto me duró exactamente 17 minutos, luego de los cuales comencé seriamente a cuestionar mi sanidad mental por haber accedido a participar en una operación como esa. Regresé al exterior donde el aire era un poco más liviano y podía aderezarlo con nicotina.
No vi síntomas similares a los míos en muchos de los presentes, prueba de su auténtica pasión por el juego; incluso siendo meros espectadores.
Lo que sí pude ver fueron algunos cruces un tanto inesperados con la realidad por parte de los que se encontraban jugando. Pude escuchar declaraciones del 95% de los presentes que pueden resumirse exitosamente en la siguiente frase:
“Pensé que jugaba de una manera más heterosexual que ésta.”
Lo particular de cualquier competencia es que solo hay un ganador dentro de un mar de perdedores. Su valor reside en que son experiencias de aprendizaje, donde la honestidad prima a la hora de definir la posición en el esquema global de las cosas para los participantes. Los hechos hablan por sí mismos y la realidad golpea duro a las falsas apariencias.
Una buena instancia de competición es como un proxeneta que adoctrina respecto a su lugar en la vida a un grupo de zorras (en este caso los smashers), propinando bofeteadas con su mano repleta de anillos de oro y gemas preciosas.
Volví mi mirada hacia dentro y vi como Rod comenzaba a pasar vergüenza en el torneo de Smash 64. LaGarza se acercaba hacia mí luciendo aún más derrotado que lo usual.
Embajador, ¿Qué sucede? ¿Los revolucionarios planean un golpe de estado?
Me tocó en el segundo grupo del campeonato de Smash Melee, tengo que esperar a que ellos terminen para empezar a jugar.
¿Aproximadamente cuánto tiempo?
Según mis cálculos como 8 días.
Realmente me alegro de no haberte nombrado ministro de economía de Toby.
En el momento que Cacho LaGarza estaba a punto de emitir una objeción formal y acusarme de corrupto ante la noble nación de Toby, Rod apareció frente a nosotros.
¿Ya se terminó esta basura?
No, para nada. Tan solo perdí.
Santos eyaculadores precoces Batman ¿Quedaste eliminado en menos de 7 minutos?
Fue solo el primer combate. Me queda un par más con los demás miembros de mi grupo. ¿Te acordás que te expliqué todo esto hace un rato?
¿Dónde diablos dejé mi calculadora científica?
¿Estoy mal o acaso vi que algunos estaban jugando con controles de Playstation 2?
Si, acá tienen por default esos controles y les encajan un adaptador del infierno para que funquen con tecnología nintendo. Son un condenado sacrilegio.
Por suerte un par de flacos trajeron joysticks de Nintendo, como dios manda. Sin mencionar que pude conseguir un par de controles pertenecientes al frutilla.
¡¿Que hiciste qué?!
CONTROL ISSUES
Frutilla me facilitó sus controles por la duración del torneo.
Facilitar es difícilmente la palabra que yo usaría. Estás consciente que acabas de entrar en un mundo de agonía ¿Verdad?
¿Te refieres a sus constantes amenazas acerca de reordenar mis órganos internos si algo le llega a pasar a sus pertenencias?
Ambiguas amenazas físicas aparte, estoy tratando de que comprendas el nivel de hostigamiento psicológico al que te estás exponiendo.
Aún no comprendo.
Me refiero a que me parece algo particularmente excepcional que él no esté aquí en este momento. Vigilando sus cosas como un maniático paranoico que cree que la razón por la cual no puede tener cosas bonitas, es porque la humanidad está ensañada con maltratar sus juguetes favoritos.
No toda la humanidad. Solo la parte estúpida y desconsiderada.
Esa planta suena como el Frutilla.
Error Cacho LaGarza. Esa planta ES el Frutilla.
¡Sal de ahí demonios!
¿Envidioso de mi talento?
Irritado. Este truco dejó de ser gracioso en el Bar Mitzvah de Lowenstein.
¿Fue por eso que los echaron de ahí?
En realidad eso fue porque alguien hizo un número de comedia de 40 minutos acerca de la no existencia del holocausto.
Ya nadie tiene sentido del humor.
¿Dónde están mis controles?
Adentro. Claramente etiquetados como propiedad de DNL a través de la revolucionaria tecnología de la cinta pato.
Veo que están siendo utilizados por un par de novatos. Jamás accedí a eso.
¿Jamás accediste a que los utilizáramos para jugar?
Jamás accedí a que cualquier principiante manosease mis controles. Mucho menos sin utilizar guantes de látex y haber sido instruidos en el uso correcto de un dispositivo como ese.
Por el amor de Krishna, ¿Qué tan maltratados pueden terminar?
Puedo decirte que tan maltratado puede terminar todo responsable de averiar mis pertenencias.
Dejá de preocuparte tanto campeón. Todo va a terminar bien.
THE WAITING GAME
Ya había transcurrido un buen rato desde que los cuatro habíamos llegado (no podía saber exactamente cuánto, debido a que mi reloj de segunda mano funciona de manera coordinada con la actividad de un volcán que se encuentra en una isla del Pacífico sur cerca de Tonga). Nuestro tiempo lo habíamos gastado en diferentes cosas, todas y cada una de ellas igualmente entretenidas.
Veíamos como Rod entraba por momentos a que le pateasen el trasero y luego salía con la actitud de una persona que juega a algo por que lo disfruta sin importar ganar o perder. Todos lo odiábamos por eso.
Examinábamos junto con Cacho LaGarza las posibilidades de lastimarnos seriamente, realizando proezas físicas dentro del espacio de estacionamiento delante del local. Decidimos que lo dejaríamos para después de que él hubiese perdido en el torneo de Melee.
Cacho y el Frutilla analizaban el degeneramiento del arte del juego de cartas. Magic ya era cosa del pasado. Yu-Gi-Oh! era el aterrador presente y futuro del juego. Por un momento los imaginé 70 años más viejos teniendo esta misma conversación.
Alternábamos períodos en los que estábamos afuera, siendo devorados por nubes de insectos chupa sangre; y adentro, fumándonos el bao humano que era ese ambiente asfixiante.
Vi a mí alrededor y me sentí todavía más idiota. Todos parecían estar ignorando estas cosas y disfrutando de esta tarde de domingo de una manera estúpida.
Cacho LaGarza y yo cruzamos miradas. Ambos similarmente frustrados.
¡Este lugar apesta!
En ese mismo instante la actividad volcánica en la región de la polinesia tuvo un considerable aumento y mi reloj se activó.
Exactamente 118 minutos habían transcurrido desde el momento en que Le Gàrz había arribado al sitio.
LAST ROUND
La noche estaba cayendo y el número de participantes había sido reducido lo suficiente como para transitar dentro del local de manera cómoda y sin necesidad de tener contacto físico con otras personas.
El ritmo de los combates se había mantenido estable por las últimas horas y solamente por la forma en que actuaban los participantes podía llegar a intuirse que el final estaba cerca.
Es en este momento que Cacho LaGarza es llamado.
Luego de despertarlo y arrastrarlo a su puesto, lo conectamos a uno de los controles de Game Cube. Aún somnoliento tomó el joystick y de manera instintiva sus dedos encontraron los botones a la espera de la voz de arranque.
Los personajes fueron seleccionados por ambas partes y muy pronto la pantalla donde se desarrollaría la acción apareció en la pantalla.
Cacho eligió a Sheik y su contrincante eligió a Samus. Aunque podría haber elegido al mismísimo Satanás en persona y jamás le hubiese ganado.
Cacho pateó traseros y los pateó con justicia. Vida tras vida que le quitaba a su oponente, eran años de terapia a los que tendría que someterse el susodicho para combatir las pesadillas producto de haber sido humillado tan absolutamente.
Parecía que todo el tiempo de espera había servido para añejar las habilidades de juego de LaGarza. Una primera victoria que parecía vaticinar grandes cosas para él. Desearía poder haber resguardado aquél momento de éxito para poder vivirlo una y otra vez.
Especialmente luego de la forma en que en sus otros 2 enfrentamientos con los demás integrantes de su grupo (un par de niños de 5 y 6 años con parálisis) perdió en menos de 2 minutos reloj en total.
Más tarde consulté con un par de científicos si esto era físicamente posible y su respuesta fue un rotundo: “¡¿Qué diablos hace dentro de mi laboratorio?!”
Lo tomé como un “tal vez”.
Luego de terminados nuestros asuntos en el lugar decidimos irnos a la mierda.
Frutilla elevó una última amenaza a los cielos si algo le llegase a pasar a sus controles.
Rod decidió quedarse hasta el final, quién sabe por qué. Algo respecto a ser uno de los organizadores recuerdo que me dijo. No tuvo demasiado sentido para mí.
Cacho LaGarza eligió arriesgar su vida e irse en mi auto.
Dimos por terminado el día.
Felicitaciones a "pisa" por haber salido primero en el campeonato de Melee y a "son rolo" por hacer lo mismo pero en el de 64.
Gracias al resto por participar. Después de todo, sin un montón de perdedores como ustedes los que de hecho ganaron no serían nada.
Mi más enorme agradecimiento a Bruk por hacer de este artículo algo en serio y no un montón de divagues producto de la ingesta de Bayaspirina con Ron.
Y finalmente, gracias a Barry White por seguir muerto.
EPÍLOGO
Madrugada del domingo 22 de abril del año 2007 después de cristo. El lugar: una zanja no identificada. Los actores: 2 ebrios sin esperanza.
Cacho, se me acaba de ocurrir una idea.
¿Involucra armadillos?
No.
Entonces es espantosa, yo tengo una mejor.
¿Organizar un torneo de Smash Brothers?
Exactamente.
Ya era hora de que a alguien se le empezasen a ocurrir buenas ideas por aquí.
Ya tengo el nombre y todo.
Genial. Eso es lo más importante después de todo. ¿Cómo le vas a poner?
Sacro torneo regional de la alegría XII.
Visionario. ¿Puedo participar?
...
No.
Estás despedido.
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* Toby es el nombre técnico otorgado por varios eminentes proctólogos al puesto de hamburguesas stuado en la rambla de Kibón a pasos de distancia del continente escondido de la Atlántida. Si , dije escondido y no perdido.